CAPITULO 99: Una inesperada charla
Eran tan iguales a aquellos ojos que siempre me encantaba observar, a aquellos que siempre reflejaban un brillo inigualable desde la primera hora del día hasta cuando estos volvían a cerrarse…Nunca dejaban de brillar. Incluso si todo el mundo se encontrara en una aterradora penumbra se me haría imposible alejarme de el, ya que el eterno brillo de sus ojos llamarían por completo mi atención. Amaba también reflejarme en ellos cada vez que tenia oportunidad de estar frente a el y darme cuenta que sin duda alguna…El y yo somos uno mismo. Pero ¡Basta!… ¿Qué no puedo dejar de pensar en Tom ni siquiera por unos minutos?…Que patético soy. Ya hasta estaba comparándolo con el chico del bar por una simple similitud que no tiene la más mínima importancia…Eso era el colmo.
Desvié la mirada hacia a un lado de la barra y disimuladamente sacudí la cabeza para deshacer todo tipo de pensamiento inadecuado que deambulaba por mi mente.
–Anda tómalo…–Me acerco la bebida y lo coloco en la barra, yo solo me la quede mirando un poco desconfiado.
–Le pusiste algo…–No pregunte, si no que afirme. No estaba de humor para entrar en un “Cuestionario”. Achiné los ojos y lo observe. Por el gesto que se formo en su rostro, supe claramente que este simple comentario no se lo esperaba. Abrió mucho los ojos y después negó con la cabeza de tal forma como si lo hubiera…Ofendido.
–Ay Bill, vaya que tu vida es complicada eh, ni de un humilde cantinero te confías…Pobre chico–Hizo una cara como si se estuviera compadeciendo de mi, como si mi vida fuera tan desastrosa como el la reflejaba al ver su rostro de rotunda pena por mi…Obvio fingida.
– ¿Y quien dice que un cantinero no puede ser un asesino serial?…Exacto, nadie, puedes asesinarme en este mismo instante y yo ni me puedo dar cuenta–Si, tal vez estaba exagerando, pero las cosas que decía este tipo me descolocaban por completo, y no dejaría que me derrote tan fácilmente. Él simplemente se rasco la cabeza, y por la mueca forzada que puso, supe rápidamente que lo había desesperado.
–Aunque suene inapropiado, no es bueno que desconfíes de la gente, eso no te llevara a ningún lugar…Créeme. Siempre nos dicen que de las personas que no conozcamos, no hay que confiarnos, pero en realidad son las que al final darían la vida por nosotros, ya que de la gente que conocemos desde antes, que de las que hemos llegado a pensar que sin duda alguna podemos confiar…Son las que en realidad nos apuñalan por la espalda, y eso lamentablemente es cierto–Levanto las cejas y dejo al aire un leve suspiro. Me quede por un momento inmóvil, observándolo, analizando analíticamente todo lo que había dicho, hasta que no pude más y agache la cabeza. Cada palabra que dijo inevitablemente hizo que pensara en el momento mas triste de mi vida que para mi desgracia había sido este día. Todo concordaba, y para el colmo en esto no podía debatir nada para llevarle la contra, ya que estaba totalmente de acuerdo “No te confíes de la gente que amas, ya que cuando menos te lo esperes te apuñalan por la espalda”…Y vaya que eso es cierto, pero aun así…
–Si, pero de todas formas yo no puedo ser tan liberal como tu, el estilo de vida que llevo no me permite confiar en cualquier persona así como así, eso seria demasiado, y mucho menos cuando en las personas en las que confías, te rompen el corazón en mil pedazos al darte cuenta que todo para ellas era un simple juego, que todo era puro interés y ya… ¿¡Cómo quieres que confíen en alguien que ni conozco cuando en las que sí te han dado un puñetazo justo en la cara!?…¡Eso es absurdo!–Estaba exaltado, ahora si mi cordura estaba desapareciendo, aun con el alto volumen de la música, pude percatarme que varia gente que se encontraba cerca de mí, volteo a verme, supongo que por el tono de voz en el que le hable al “Pobrecito cantinero” Pero en si mi temperamento ya estaba hasta el limite y creo que lo único que quería era desquitarme con alguien y para mala suerte de este, fue con el. Pero creo que entre los dos, el que tenia las de perder…Era yo. Ya que por no poder controlarme logre hacer que sin duda alguna, este se diera cuenta que algo en mi estaba mal…Que algo me había destrozado, ya que me observaba con una pena tremenda que me erizó el cuerpo de puro enojo…Odiaba que se compadecieran de mi, pero ganas de pelear ya no tenia. Sin inmutarse ni nada, se acerco de nuevo a mí.
–Chico, no le puse nada a la bebida…–Y de nuevo sonrió. Era una sonrisa tan sincera que aunque ya se había ganado mi desprecio, no podía dejar que el aire se llevara sus palabras…Decidí confiar en el. Algo que por lo menos me alegro un poco fue que no menciono nada de todo lo que había dicho, era como si supiera que no le incumbía, cosa que agradecí. De mala gana tome el vaso y lo contemple por unos segundos, no era por que estaba cerciorándome si había algo en la bebida, si no que no iba a acceder tan pronto...
–Pero yo no quiero tomar alcohol…
–No te preocupes, no le daría alcohol a un niño…Solo es limonada, supuse que si al principio solo tomaste agua es por que no aguantas el alcohol–Por su mal chiste ni siquiera quise mirarlo, no le quise dar mas vueltas al asunto, y no planeaba discutir por eso sabiendo que claramente eso no es verdad. Solo me mantuve examinando la “Limonada” tratando de no tomarme a pecho lo que había mascullado, pero como siempre, no pude. ¿Niño? ¿Me había llamado niño? Por si no se ha visto en un espejo el tampoco esta en posición de alardear de mas. Si, estoy de acuerdo que es más grande que yo, pero tampoco es cosa para que se sienta superior a mí…Por que no lo es. Cogí el vaso y tragándome todo el orgullo que me quedaba y sin pensármelo dos veces, le di un trago a la susodicha bebida. Al saborearlo levante un poco las cejas. Note como me miraba mientras que yo seguía saboreándome el pequeño sorbo, hasta que me lo trague por completo. En mi boca se quedo el sabor, dándome tiempo para analizarla más y a decir verdad esto no estaba nada mal…Todo lo contrario. El toque de agua mineral con lo que la había mezclado fue muy gustoso para mi paladar, enserio sabia bien. Tal vez este tipo era un completo impertinente, pero si tenía un buen toque para hacer bebidas…Creo que por eso trabajaba aquí.
–Vaya, en realidad sabe muy bien…
–Y no debe de sorprenderme, ya que no es por alardear pero yo hago las mejores limonadas de toda Europa...
–Y eso que no has probado las piñas coladas que preparo, son una delicia, también las…
–“Joven, un whisky doble por favor…”
–Oh, Bill permíteme tantito…– Y dicho esto, se fue a la dirección en donde lo llamaron. Me quede ahí, solo tomando la rica limonada que por el momento era lo único que me entretenía, aunque también no pude evitar razonar su entusiasta confianza en si mismo, eso es algo bueno de la gente, que no se dejen intimidar por alguien. Otras personas ya estarían comiendo de la palma de mi mano por un simple “Hola” que les dijera, pero este no…No he visto ninguna señal de la palabra “Tímido” en el, aun sabiendo quien soy, es como si el hablara con una simple persona que puede encontrarse varias veces por la calle y hacerse la costumbre de tomarla por una persona común y corriente al verla casi todos los días, parece como si así lo fuera.
Pero de alguna manera su carácter altanero me hacia sentir…A gusto.
Tome otro trago mas a mi bebida mientras observaba como servía el whisky que el hombre le había pedido, con una velocidad muy admirable ya que de paso varias personas se le acercaron para pedirle algo y este como si ya tuviera mucho tiempo trabajando en esto, los complació de inmediato, nadie hizo ningún berrinche por la “Tardanza” del cantinero, ya que no paso. A su alrededor había copas y vasos por todos lados, ya que eran las prematuras bebidas que el haría para una mesa de varia gente que se encontraba sentada cerca de la barra.
Lo que llamaba mi atención es que para nada dejaba de sonreír, seria tal vez por que varias personas que se le acercaban para ordenar, platicaban con el de no se que tanto que lograba hacer que estas se rieran junto con el…En verdad demasiado sociable. Después de acabarme el ultimo sorbo de mi bebida, deje el vaso sobre la mesa y…
–¡Hijo…Aquí estas!…–Sin previo aviso, sentí como dos voluptuosos brazos me envolvían el cuerpo…Me abrazaron–Hijo…hip..Pensé que ya te habías..hip..Ido– ¿Hijo? Voltee a ver al tipo y si…Sin duda alguna a este hombre no lo conocía. Estaba obeso y tenía un aliento a alcohol que me mareaba al instante y para incomodarme aun mas aparte de su gran abrazo…Estaba sudando.
–N..no señor…Esta confundido, yo no soy su hijo–Trate a como de lugar de zafarme de su agarre, pero era inútil. Parecía como si este fuera una enorme boa a la cual no se le escapa ni una sola presa indefensa…Como yo. Moví el cuerpo hacia ambos lados pero nada…El tipo era muy fuerte y yo apenas me podía mover.
–Por que me dejaste..hip..Abandonado eh, vamos hijo..hip…Ven conmigo–Se separo de mi, cosa que me alivio demasiado pero lamentablemente no fue por mucho ya que al instante me tomo del brazo y comenzó a tirar de mi para que lo siguiera.
– ¡Oiga suélteme!… ¡Yo no lo conozco! –Antes de que me jalara con mas fuerza, logre aferrarme a la barra con la única mano que tenia libre, ya que en la otra no podía confiar por que el tipo la había tomado de rehén…
Estaba completamente estirado, no tenia la fuerza suficiente para poder agarrarme mas, el hombre era mucho mas fuerte que yo… no podía con el.
–Vamos hijo…hip…Apresúrate..
– ¡Coño ya le dije que no soy su hijo! –Trate de resistir a un mas aferrado a la barra, pero ya no pude. Lentamente note como mis dedos se iban resbalando por los terribles jalones que me daba el tipo…En contra de mi voluntad, me solté– ¡Joder…!–Cerré los ojos, y cuando pensé que ya me iba a estampar contra el hombre, sentí como alguien me tomo por la mano que descuidadamente se había soltado de la barra, haciendo que de nuevo me detuviera.
– ¡Eu, eu, eu, eu…Señor, disculpe pero el no es su hijo! –Rápidamente voltee y ahí estaba…El inigualable chico de la barra que últimamente estaba muy pendiente de mi. Me tenia agarrado de la mano para evitar que el tipo este me llevara a quien sabe donde…Aunque no quisiera, en verdad me alegro eso–Suéltelo ¿Si?
– ¿Cómo? ¿No..hip..Lo eres? –Lentamente dejo de hacer fuerza y me soltó. Rápidamente mi “Salvador” me atrajo mas hacia la barra para evitar que de nuevo pasara lo mismo…Aun no me soltaba. El hombre con la cara absolutamente perdida de borracho se acerco a mi y se coloco justo enfrente…Solo me observo, tenia una cara completamente confundida–Tu no eres mi hijo.
–Le dije señor, el no es su hijo…–Se adelanto en contestar el, ya que para mala suerte del sujeto, yo no le respondería con palabras–A decir verdad, su hijo se encuentra allá...
–Apuntó hacia una mesa que estaba hacia el fondo del bar. El hombre rápido volteo en la dirección que le indico y sin siquiera disculparse o decir algo mas, se marcho…Tambaleándose pero se fue. Me acomode la ropa un poco y me quede con el ceño fruncido observándolo, tratando de coger aire ya que este me lo había arrebatado de golpe…En verdad me asusto. Suspire para tratar de relajarme un poco, me coloque el flequillo detrás de una oreja y volteé hacia la persona que gracias a dios me había “Salvado”. Estaba frente a mi, con la cara seria y las cejas levantadas…Solo observándome al igual que yo a el. Mi expresión era de total desconcierto, un poco exaltado, en verdad el teatrito que acababa de pasar, no me lo esperaba. El y yo solo nos mantuvimos mirándonos sin decir absolutamente nada, los dos estábamos completamente mudos, sin saber que decir, hasta que ya no pude más…De la nada solté una exasperada carcajada que parecía que ansiaba por salir desde hace rato, el sin pensárselo dos veces imito mi reacción y comenzó a reírse también…A comparación de mi, el estaba mas tranquilo, no se comparaba con el desesperado ataque de risa que me entro, lamentablemente la risa floja se apodero de mi. A decir verdad creo que en realidad lo que le causaba risa a este era yo, ya que cada vez que me veía se reía aun mas, pero es que yo no podía dejar de reír…Después de todo lo que paso, ahora se me hacia cómico y eso en algo me alegraba. Era una risa completamente sincera, para nada fingida.
Creo que hace días que no reía así, y eso me gustaba. Pasivamente me fui tranquilizando al igual que el, quien trataba de fruncir los labios para dejar de reír. Note que no dejaba de mirarme ya que yo tampoco a el, hasta que no pude resistir mas la mirada y la baje hacia la barra…Me percate de algo. Aun seguía tomándome de la mano, desde que me agarro para alejarme del tipo, no la había soltado y yo como el despistado que soy, no me había dado cuenta. Después de relajarme un poco y dejar de reír a carcajada viva, en un rápido pero inadvertido movimiento, me solté de el y levante la mano para después fingir acomodarme el cabello hacia a un lado, un pretexto tonto, pero útil. El sin dejar de sonreír, aparto la mano de la barra y claramente vi como se sonrojo…Tal vez el tampoco se había dado cuenta. Con la mirada perdida en mis piernas me remoje los labios con una sonrisa creciendo en ellos… ¡Un momento! En mis piernas había algo… ¿Dónde esta?. Creo que debí de haber puesto una expresión de a ver visto un fantasma ya que él se me quedo mirando al mismo tiempo en el que su expresión se tornaba a uno mas confundido mientras que ladeaba la cabeza solo observando mis movimientos. Yo rápidamente comencé a buscar por debajo de mi asiento hasta que por fin la vi…Mi rosa, a unos pasos de mis pies estaba. Baje del banquito y me acerque rápido hacia ella para cogerla y volver a mi lugar. Respire aliviado cuando vi que nadie la había pisado ni nada por el estilo.
Solo volví a colocarla en mis piernas y sin querer hacerlo mi mirada se poso en aquel cantinero. El solo se me quedo observando sonriendo, algo que me cohibió un poco así que sin darme cuenta le devolví la misma sonrisa.
– ¿Qué…?–Fue lo único que pude preguntar ante aquel gesto.
–Nada…Es solo que me gusta ver a la gente sonreír, y vaya que a algunas les favorece eso…–Trate de fruncir los labios para evitar sonreír como idiota y por milésima vez no pude con su mirada así que la desvié hacia a un lado. “Evita el tema Bill, pregunta algo”
–Am, ¿Y como sabias que el joven del fondo era el hijo del…Tipo este? –Fue lo único que se me ocurrió. Pero en si, tenia mucha curiosidad. El alzó la mirada hacia la dirección en la que hace un momento le había señalado al hombre que se atrevió a acosarme.
–Ah ¿El?…No es su hijo, o bueno no lo se, puede que si sea quien sabe…
– ¿Eh? Entonces por que le dijiste que si lo era…
–Solo le señale a la primera persona que visualice para que se fuera…Tenia que hacer algo antes que te partiera en dos, que preferirías…Que te molestara a ti o a aquel chico que esta igual de perdió que el tipo ese. Con suerte y también piense que es su padre–Alce las cejas un poco sorprendido y deje salir una pequeña risa. Vaya auto reflejo que tuvo. Ni de puta idea se me habría ocurrido engañar así a un borracho perdido, pero lo bueno que hubo una mente cerca de mi que si lo pensó. Si no, no se en que hubiera acabado ese bochornoso teatrito.
–Oh pues, muchas gracias.
–No tienes nada que agradecer Bill, cualquiera hubiera hecho lo mismo–Bill, Bill, Bill…Y dale con nombrarme. Lo decía con tanta naturalidad que era como si me conociera desde antes, y eso en si era algo perturbador. Sé por obvias razones como sabia mi nombre, pero aun así con el tiempo y la carrera que tengo, todavía no me acostumbraba a escucharlo de personas que no conocía, me hacían sentir que sabían mucho de mi y eso me ponía nervioso…Tenia que remediarlo.
–No es justo…–Hice un pequeño puchero y me cruce de brazos…Solo para el drama del momento, nada mas.
– ¿Qué pasa? –Se le noto confundido.
–Como me he dado cuenta, parece ser que tú llevas una gran ventaja sobre mí, y eso para nada es justo–Cri cri cri…Claramente parecía que estaba hablando en chino por que como note en su rostro, el no entendía nada de lo que estaba diciendo. Frunció el ceño y ladeo la cabeza.
–No entiendo… ¿De que hablas Bill?
–De eso mismo…–Me apresure a decir–Sabes perfectamente quien soy y como me llamo y yo de ti ni siquiera tu nombre se…Eso es injusto–Trate de no reírme ante su gesto de rotunda indignación…Abrió demasiado los ojos y la boca, como si quisiera decir algo pero al final se arrepintió, aunque creo que me equivoque, ya que como si era de esperarse, respondió a mi exclamación.
–Mmm… ¿Te interesa saber mi nombre? – Sonrió y se acerco un poco mas a la barra ya que estaba casi pegado hacia las botellas de licor y alcohol que estaban detrás de el.
¿Qué si me interesa? Vaya, claro que no…”Ignóralo Bill, no le hagas caso”
–Solo es para estar iguales…Tu me nombras y yo que… ¿No puedo hacerlo? –En realidad de repente me había entrado la curiosidad de saber su nombre…Simple curiosidad.
–Si claro… …–Se dio un golpecito en la frente y negó levemente con la cabeza– Pero que descortés soy–Me miro y me tendió la mano para que yo la estrechara…Le obedecí, la estreche.
–Mucho gusto Bill, mi nombre es Durga–Me apretó levemente la mano para continuar con la “Formal presentación”. Emm… ¿Cómo dijo?
– ¿…Dunga? –Terminamos el saludo y puso una cara como de “Genial, siempre pasa”
–No…–Sonrió–Es Durga, con “R” rrrrrrrrrr… ¿Entiendes? –Trate de no reírme, pero no pude…Tanto el nombre y la manera en que lo detallo, se me hizo un poco extraño, y lo extraño no siempre se puede tratar con seriedad…Aunque a veces duela que se rían de eso.
– ¿Durga? Que clase de nombre es ese. Como alguien se atrevió a ponerle así a un niño…
–Para tu información me gusta mi nombre, y no me avergüenzo de llamarme así…Todo lo contrario. Me siento orgulloso de tenerlo.
– ¿Orgulloso? ¿De un nombre así? –Mi oportunidad perfecta de cobrarles todas las que me había hecho había llegado…Y no dejaría que se escapara así como así. Me tocaba reírme de el…Aunque fuera un poco sarcástico, por que ganas de ponerme en el lugar de los que critican a la gente, de los que se burlan de ellas, no tenia.
– ¡Si! Me siento orgulloso de portar su nombre…
– ¿Portar… Su nombre? De quien…–Me escaneo con la mirada, mirándome como si fuera un completo ignorante…Trague saliva.
– ¿No la conoces…?
–Conocer a quien…–Genial, lo que me faltaba…Que me de alas yo mismo para plantarle en la cara lo tan ignorante que soy. El simplemente hizo un ruidito de asombro para después revirar los ojos…Como detesto que me jodan.
–Veras, en tiempos antiguos, India se caracterizo por tener varios dioses y diosas. Cada uno tenía algo en particular que los diferenciaba de los otros…Cada quien era único o bueno, lo siguen siendo. Pero entre esos dioses, mis padres fueron cautivados por uno en especial…”La diosa Durga” – ¿Dioses? ¿India? Jamás me lo imagine. Me acerqué un poco más a la barra y recargue mi cabeza sobre mis manos, poniéndole total atención a sus palabras–Bueno, en primer lugar tengo que aclarar que mis papás desde que se casaron, estuvieron viviendo en la india, los dos anhelaban en ir a conocerlo ya que les fascina, así que después de ir y notar detalladamente el lugar, les encanto aun mas y decidieron quedarse a vivir ahí. Con el tiempo se fueron especializando en todas sus costumbres tanto festivas como religiosas…De ahí la obsesión con Durga y…
– ¿Y por que con ella? Que tiene de especial entre los demás o que…
–Espera Bill…–Levanto la mano frente a mí para que me callara–Ahí es a donde voy no te apresures–En su rostro se formo una ya inigualable sonrisa que demostraba a cada rato.
Si no me hubiera interrumpido, no me habría dado cuenta de lo tan emocionado que estoy por saber el susodicho significado de su nombre…Que traumante. Yo solo fruncí el ceño e hice un pequeño puchero…Dándole la razón.
–Bien, sigue…–Refunfuñe.
–Ok, como te iba diciendo…En aquellos años mis papás se enredaron en un problema grave…Deportación. No eran gente nacionalizada de ahí así que el gobierno de India amenazaba por deportarlos de nuevo para acá…Alemania. Pero mis padres de tan necios que son, obvio no accedieron a su petición, deseaban quedarse ahí ya que después de tanto tiempo ya tomaban a India como su hogar y de ahí no pensaban moverse.
– ¿Enserio? Que ganas de estar ahí para darte el valor de enfrentar al gobierno…
–Si, lo se, pero eso a ellos no les importaba, querían quedarse e iban a hacer todo lo necesario para lograrlo…Pero lamentablemente ya era demasiado tarde para tramitar papeles y actas, ya no había tiempo para eso. Ya te imaginaras…Mis padres estaban desechos, les querían arrebatar la vida que siempre habían soñado y solo por un descuido, no podían permitir eso. Mi madre me dijo que esa noche estaba muy triste y sin ánimos de nada, así que decidió dormirse…Tuvo un sueño, un sueño hermoso. Se encontraba en un gigantesco templo en donde todas las paredes estaban tapizadas de maravillosas flores de todo tipo…Era precioso. Dijo que al fondo de este, visualizo una silueta, por su larga cabellera negra supuso de inmediato que se trataba de una mujer.
Cuando se acerco mas a ella, noto que no estaba sola…Aun lado suyo se encontraba un león enorme que observaba a mi madre atentamente…
– ¿Un león…?
–Si, dijo que al verlo sintió como se le paralizo el corazón del susto y que cuando estuvo apunto de irse corriendo de ahí…La mujer la detuvo…No con palabras, si no que fue como un presentimiento que la obligo a que se quedara. Dijo que cuando volteo para verla, de inmediato, tras ver los barios brazos que la rodeaban, el inigualable color amarillo que adornaba su vestimenta, las insaceantes armas que portaba cada uno de sus brazos…Supuso rápidamente de quien se trataba.
–Am ¿…Durga?
–Exacto–Asintió levemente con la cabeza y continuo–Cuando mi mamá la observo, entendió claramente lo que la expresión de Durga le transmitía …“Jamás tengas miedo, ya que el miedo no existe” Mi mama aun no se explica como, pero aun cuando la diosa no emitió ni una sola palabra, supuso que la ayudaría de inmediato, con tan solo mirarla leyó en su precioso rostro lo que ella quería decirle…”No temas, yo te ayudare” Después de eso mi madre rápidamente despertó y supo de inmediato lo que tenia que hacer…
–Y… ¿Qué hizo?
–Fácil, simplemente alabar a la Diosa que antes de ese sueño, había pasado inadvertida en la vida de mi madre. Supuso que por algo había soñado con ella así que rezo y rezo para que la ayudara pero a cambio ella le prometió algo…Ya te imaginaras que fue…
–Em… ¿Nombrarte con su nombre? –Bajo la cabeza y me miro un poco apenado.
–Así es…Solo que con la diferencia de que mi madre se había hecho a la idea de que su primer hijo seria pues, niña, pero como veras no fue así…
–Ya veo… ¿Y que paso con tus papás? ¿Se fueron de ahí?
–Bill, llevo el nombre de ella, si lo hubieran hecho no me llamaría así ¿No crees? – ¡PLAF! Una gran bofetada me quería dar tras la pequeña demostración de lo tan estúpido que soy…Era tan obvio.
–Si ya, no había captado…–Desorbito los ojos y me dio un leve golpe en la cabeza… ¿Y esas confiancitas? Trate de esquivarlo un poco tarde, me acomode el mechón de cabello que había logrado sacar detrás de mi oreja y seguí–Entonces tus padres se quedaron…
–Aja, veras, algo que también hacían mis padres ahí era curar a las personas que los necesitaban, a decir verdad eran los mas capacitados ya que venían de otro país y pues sus recursos eran mas detallados que los de allá, así que al darse cuenta que en realidad ellos eran una gran necesidad pues con varios días en que estuvieron pensando, India decidió anular la deportación ya que varia gente que conocía a mis padres lo impidieron, así que como el ejercito se dio cuenta de las útiles habilidades de mis padres pues optaron en dejarlos quedarse ahí, con la condición de que pasen inadvertidos hasta que se hiciera legal el tramite para poder estar ahí como ciudadanos oficiales de la India, y lo consiguieron. Mi madre siempre ha tenido en mente que fue gracias a Durga, y desde el día en que soñó con ella, no deja de venerarla.
Mas que nada por que Durga es la diosa que se manifestaba cuando las fuerzas del mal amenazaban con hacer daño a los dioses o a las personas indefensas. Así que para derrotar a aquellos demonios, cada dios le ofreció su resplandor y así formaron parte del cuerpo de ella. Mi madre supuso que como ella se vio amenazada por personas que le querían hacer daño, que querían arrebatarle todo lo que ella quería, Durga decidió ayudarla al saber que sus intenciones eran buenas, así que como dice la leyenda, mi mamá decidió ofrecerle algo a cambio…Ponerme su nombre.
CONTINUARA...
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