jueves, 4 de marzo de 2010

*Dead Promise* cap 98

CAPITULO 98: Dolor

Dolor…Cinco letras de las cuales se desprenden tantas cosas desfavorables dirigidas a esta palabra. La primera y la más demostrativa es esta misma…
“Dolor” Un sentimiento degradante que siente todo tipo de ser vivo cuando algo claramente no anda bien en ellos, cuando sienten antes de morir o todo lo contrario, cuando las personas tomamos esto para sentirnos mucho mejor…Para sentirnos vivos. La segunda podría llamarse…
“Odio” Algo absolutamente negativo, de profunda antipatía, disgusto, enemistad o repulsión hacia una persona que sin duda alguna nos ha hecho algún mal, orillándonos al deseo puro de destruir aquello que tanto nos desagrada…Lograr deshacernos completamente de el. La tercera y las mas patética…
“Llanto” Un agobiante trance de permanente amargura en el que se sumen los débiles, los incapaces de ser fuertes, los que lloran algo de lo cual no están acostumbrados a pasar, a sentir o a ver algo que no soportan. Pero no siempre el llanto es un sentimiento de lamentación, también la gente ingrata se atreve a usarlo generalmente para despertar compasión o conseguir un fin deseado…Para manipular a alguien. La cuarta y gemela palabra es la “O” La cual podría ser absolutamente…
“Obsesión” Es un carácter fuerte en el cual nos adentramos casi sin darnos cuenta, algo sumamente grave del cual no siempre podemos dar marcha atrás. Cuando se nos da una obsesión por algo o alguien ya estuvo que perdimos…Claramente caemos a un profundo hoyo oscuro que si no tienes a alguien cercano con una linterna ¡Te jodes! Por que de ese problema nadie te salva. Puedes llegar a convertirte en una persona sumamente insoportable que un simple humano no aguantaría al estar solo con ella. Te vuelves chocante hasta el punto de hartar a tu querida “Obsesión”…Y así si te quedas completamente solo. Por ultimo, la quinta y esperada letra es la que nos da la fuerza de todo lo destructivo…
“Rencor” Es un profundo resentimiento que se incuba como una pequeña larva dentro de nosotros justo el mismo día en el que sufrimos algún daño, en el que alguien nos lastimo. Obligándonos a aferrarnos a ese nuevo sentimiento para darle la fuerza necesaria para que siga creciendo y a como de lugar conseguir distanciarnos de esa persona. Pero aunque suene desagradable, siempre podemos sacar algo bueno en esto…Podemos crear grandes barreras para protegernos de un futuro atentado con lo mismo, así ya no nos tomarían por sorpresa y el mismo rencor lograría salvarnos de cualquier humillación. Pero no siempre podemos tenerlo como nuestro aliado ya que a veces solemos rumiar nuestros rencores, aumentándolos generalmente con fantasías creadas por nuestros propios pensamientos que nada tienen que ver con la realidad Y ¡No! Con fantasías ya no quiero soñar. Así que en conclusión “Dolor” Puede definirse como una simple, elegante y conocida palabra que muchos desprecian. Pero eso a mi no me importaba, yo quería seguir sintiendo ese dolor punzante que retumbaba en mi cabeza, quería darme cuenta que estaba despierto, que todo esto no era una horrible pesadilla, ya no deseaba seguir engañándome, quería estar consiente de que esto…Era la realidad. Si me atrevía a tomar una pastilla que logre calmar el agonizante dolor de cabeza, de una u otra forma la pastilla me estaría drogando, calmaría de inmediato todo pero al mismo tiempo me dejaría completamente perdido, el efecto solo taparía el dolor que aun sigue ahí, solo me estaría engañando a mi mismo, poniéndome de nuevo en otra realidad que no era esta y no…Ya no quería seguir fantaseando, ya no quería seguir poniéndome excusas para todo lo que acababa de pasar, lo que quería era estar despierto y darme cuenta que todo esto era verdad, que el dolor mas fuerte que sentía no era el de mi cabeza, si no el de este órgano que yacía casi sin movimiento, el que un ayer estuvo rebotando hasta el extremo de querer salirse de mi pecho para encontrarse con su otra mitad, el que alguna vez estuvo vivo, palpitando y palpitando cuando mi mente pensaba en la persona que tanto amo, por que si…Aunque sea un jodido ingrato lo sigo y lo seguiré amando. Quería darme cuenta que lo que sentía no eran solo cosas mías, si no que era un sentimiento que algo malo me había ocasionado. Algo que en la vida real siempre pasa y que yo no me quería dar cuenta, hasta ahora…Tener que sufrir un Dolor de amor.

(…)
Después de masajearme las sienes durante unos segundos tras el inesperado dolor de cabeza que me había dado, decidí despejarme por completo, desaparecer por un rato. No seria por mucho, pero si lo suficiente para ahuyentar los devastados pensamientos que llegaban a mi mente una y otra vez si tener la mas mínima intención de desvanecerse. Con cuidado me coloque de nuevo el calzado que hace un momento llevaba puesto y que sin percatarme había dejado tirado por debajo de la cama. No tenía ganas para ponerme otros zapatos, solo lo primero que tenía al alcance…Que mas daba. 



. Me levante con prisa de la cama y me dirigí hacia la puerta, no sin antes tomar mi celular que se encontraba encima del pequeño buro y las llaves de mi auto, quizás y optaría por dar una vuelta, algo que aun no tenia decidido. Abrí y salí de la habitación sigilosamente cerrando la puerta tras de mi con mucho cuidado para no causar ruido, casi casi como si estuviera hecha de cristal. Después de permanecer varios segundos parado frente a esta, gire y me encontré con el largo corredor, visualizando mi método de huida…El ascensor. Pero al querer emprender la caminata, mis piernas no respondían, por alguna razón querían que me quedara aquí, una razón que no desconocía del todo, ya que para poder llegar hacia mi objetivo, desafortunadamente tenía que pasar frente a la cueva del lobo…¡Si! La habitación de Tom. Di un largo suspiro y cerré fuertemente los ojos y los puños–Aquí vamos…–Con todo el valor que pude conseguir, logré dar un pequeño paso, luego otro y otro, hasta el fin de perder la cuenta de cuantos pasos ya había avanzado, deseando que por favor ya hubiera dejado atrás la habitación de Tom, ya que como si “Volviera” a jugar a los ciegos anduve con los ojos cerrados hasta cuando sentí que el “Peligro” ya había pasado, pero para mi mala fortuna, justo cuando pensé que ya todo era seguro, abrí los ojos, dándome cuenta que a mi izquierda se encontraba una puerta con un numero tan familiar que en varias ocasiones ya había visto...


–¡Mierda! –Claro…Me había detenido justo a lado de su habitación. Sin dudarlo ni un segundo me apresure en correr lo más rápido que me permitieron las piernas…Tenia que huir de ahí. Siendo honestos, la verdad tenia muchísimo temor a que justamente cuando este pasando por delante de esta, el saliera y por segunda vez mis ojos no tengan la fuerza suficiente en evitar aguarse al encontrarme con esa fría mirada. Así que sin mirar siquiera, pase con una veloz caminata hasta lograr esquivar la zona negra. Me pare frente al ascensor, seleccione el número de piso al que quería ir, y espere hasta que este se abriera. Juro que estaba dispuesto a arrojarme por las escaleras si a Tom se le ocurría salir, de ninguna manera estaba dispuesto a verlo en este momento, enserio me sentía fatal y no tenia la mas mínima gana de hundirme mucho mas en el mismo hoyo.
El delicado sonido de una campana me hizo reaccionar y notar como las puertas del ascensor se abrían, sin dudarlo dos veces me adentré a este. No tenia idea de a donde ir. Pensé en dirigirme a la habitación de Georg o de Gustav pero rápidamente descarte esa idea de mi mente pues a decir verdad no estaba de humor como para hablar con alguien. Y viéndome bien, tampoco estaba en uno de mis mejores momentos y eso se me notaba a simple vista. No podría soportar el intenso interrogatorio que se me vendría encima minutos después de verme así de decaído como lo estoy ahora. No, en definitiva estar solo por ahora era mi mejor opción. 



Opte por el piso de abajo y una vez ahí, sin tener ningún plan aun, decidí caminar. Había gente por todos lados, no mucha, pero si lo suficiente como para llenar un salón completo. Me incomodaban, sus miradas hacia mi me hacían sentir aun mas inestable…Tenia que despejarme. Metí la mano en uno de mis bolsillos del pantalón y saque las llaves de mi auto, el propósito, dirigirme hacia el y salir a dar aunque sea una pequeña vuelta por la ciudad, pero antes de eso me puse a pensar. Si por alguna razón David se llegara a enterar que salí del hotel sin avisarle o notificarle antes, ya me imagino lo cabreado que se pondría. Pero lo peor del asunto seria cuando se diera cuenta que me escape sin guardaespaldas, sin nadie quien me pudiera cuidar o proteger. ¡Uffa! Ya me puedo imaginar claramente todo el sermón que me soltaría una vez y otra vez, hasta dejarme completamente aturdido, prohibiéndome cualquier tipo de distracción, sin darme permiso ni siquiera para salir al balcón, y vaya que es capaz …Ya lo había hecho varias veces antes. ¡No!, pensándolo bien, lo mejor era permanecer dentro del hotel. Ya no quería traerme más problemas de los que ya me cargaba.
Camine por el vestíbulo entreteniéndome con cada cosa, algo que agradecí puesto que ahora me encontraba mas distraído y ese era el punto de mi salida. Pero sin evitar observar, note como los huéspedes se dirigían a un sitio en particular…El bar. 



Bueno, ya eran las 9.45 pm y viéndolo bien no era una mala idea seguirles el paso. Me encamine directamente hacia mi nuevo destino, lo que agradecía era que ninguno hasta ahora se había percatado de la presencia de Bill Kaulitz rondando por el hotel, y no era de extrañarme, pues las personas que en este momento se encontraban fuera de sus habitaciones, eran de mayor edad. Me refiero a que ni de coña me puedo imaginar a una pareja de casados peleando por ver cual de sus bandas favoritas están en el primer lugar en las listas de programas de videos mas sonados del momento o que se yo, así que por lo que veo estoy mas seguro aquí que en cualquier otra parte. Una vez dentro del bar, rápidamente busque con la mirada un buen sitio donde sentarme, las mesitas ya se encontraban ocupadas pues para variar el lugar en si estaba repleto de gente y mas que obvio lleno. Tampoco había venido a beber, claro que no, lo único que quería era distraerme tan siquiera un poco. Opte por la mejor y única opción…Sentarme en la barra. Que mejor lugar para una persona solitaria y desahuciada. El lugar en si estaba bastante bien. El ambiente era perfecto, muy agradable y en tanto las bancas, sillas y mesas sin omitir la barra, lucían un color vino que le daba un toque especial al lugar. Junto con la tenue luz color amarillo bajo, un tono muy bajo, pero lo suficiente para hacer de este un lugar muy cómodo en cual estar. 


Me alegró que junto a mi no se encontrara nadie sentado, no quería tener que soportar las miradas que aun iban dirigidas hacia mi. Aunque pensándolo bien, no los culpaba, era obvio acaparar miradas…Con tan solo mirar las pintas que me cargaba esta noche era más que lógico que varios pares de ojos curiosos se posaran en mi. Aun seguía con mi ropa cómoda y las pantuflas que sin molestarme opte por usar esta noche. Que mas me daba ser la burla de una docena de personas mas, burlarse de mi atuendo era algo insignificante comparado con lo que había vivido hace un rato. Cosa que no quería pensar de nuevo así que rápido deshice todo tipo de pensamiento y me concentre en el joven de la barra que se entretenía en limpiar una copa con una franela mientras me miraba sorprendido…Solo parecía cinco años mayor que yo.
–Nena, ¿Deseas algo de beber?
– ¿…Nena? – La mirada fulminante que atravesó el cuerpo de aquel cantinero fue más que suficiente para saber que me había encabronado su estúpido comentario. Por la sonrisa hipócrita que esbozo, supuse que lo había dicho en “Broma”.
–Muchacho, muchacho ¿Deseas algo de beber? – Yo solo revire los ojos tratando de ignorarlo. Aunque ¿Beber? Yo no vine aquí a beber, vine a distraerme no a perderme de borracho, pero razonando rápido…Que mejor distracción que beber y beber, no al exceso si no que controlado, de todas formas esto es un bar…A que viene alguien a un bar, ¿A calentar el asiento solamente? Claro que no…



Hasta comenzaba a sentirme patético estando aquí sin hacer nada, seguro me correrían a patadas del bar cuando noten que le estoy quitando el asiento a alguien que si desea consumir algo…Prefiero ahorrarme todo eso. Dicen que el alcohol ayuda a reflexionar un poco, a abrir tu mente o por lo menos a desahogarse, olvidar, sentirse un poco mejor, pero tampoco quería ser el típico hombre deprimido que se llena de copas quedando completamente ebrio y al final termina contándole todas sus penas al cantinero ¡Ha-Ha! eso jamás. Yo no soy así, y no me convertiré en eso a causa de Tom, así que mejor paso.
–Un vaso de agua esta bien–No quería emborracharme, así que pedí lo primero que se me vino a la mente. Por la mirada descolocada que me dedico aquel cantinero, me dio dar a entender que parezco un niño ante sus ojos, casi podía jurar que me quería decir “Ey, no prefieres que te sirva un vaso de leche, eso te va mucho mejor” Pero por el animo que traía…Me valía todo. Si me hubiera encontrado en una ocasión diferente, no se la acabaría. Después de la mala cara que le dedique, el joven sonrió y enseguida tomo de la repisa un vaso el cual lleno con lo que le había pedido.
–Aquí tienes–Me lo tendió de mala gana el muy grosero, casi empinándomelo en la cara…Desde un principio supe que no congeniaría con el. “Gracias” es lo que pude haberle dicho pero no, no se lo merecía, así que sin mirarlo siquiera, estire el brazo para coger mi bebida y así hacer con ella lo que quiera...



Pero de repente…–Lo siento, pero no eres mi tipo, chico…
– ¿Eh…?–Giré la cara rápidamente en su dirección con una de mis cejas levantada, ¿A que rayos vino ese innecesario comentario? Lo mire a la cara mientras el solo sonreía, mirándolo bien tenia una muy bonita sonrisa, pero eso no viene al caso. El solo se quedo observando mi gesto de absoluta interrogación.
–Yo no…soy de esos…–Y volvió a reírse.
– ¿De que coño hablas? –Bien, si eso era una conversación, que alguien me explique cuando empezó, por que yo de este chico no entendía nada. El muy “Interesante” Continuo sonriendo mientras negó con la cabeza levemente, después me miro de nuevo y bajo su mirada hacia mi mano que había tendido para recibir el vaso con agua. Yo por inercia o por el simple hecho de copiar su gesto, pose mi vista hacia el ahora “Punto de atracción” –No me jodas…–Ahí estaba…Perfectamente conectada con mi mano que parecía parte de ella, como si fueran un solo miembro. Gritando y aclamando por ser el centro de atención…Y vaya que había logrado su objetivo. Baje la mano por debajo de la barra rápidamente mientras que con la otra me cubría el rostro…Que vergüenza.
–Tranquilo muchacho, encontraras a alguien mejor que yo…–Sentí como palpó mi hombro en modo de consuelo, mientras claramente escuche como soltaba una risa…Se estaba burlando de mi.
– ¡Idiota! –Me destape el rostro y di una sacudida al hombro que me tenía sobando para deshacerme de su roce hipócrita. ¡Joder, joder, joder!...



¿Por qué demonios me traje esto? Debí estar lo demasiado distraído para no darme cuenta de esta obviedad. Baje la mirada observando con detenimiento lo que mi mano sostenía. Ni cuenta me había dado que estuve paseando por todo el salón con la desdichada rosa en mis manos. Muy bonito me han de ver visto todos aquí presentes. Ahora entiendo por que acaparaba tanto la atención, y también el incrédulo comentario de este estúpido. Qué pensaba, que se la iba a dar o que cojones…Con esto solo me gane mas burlas de las que yo pensaba. ¿Pero que podía hacer? Nada. No estaba dispuesto a subir de nuevo a la habitación para dejarla ahí y mucho menos planeaba en tirarla aun sabiendo su verdadero significado. La conservaría siempre sin importarme nada más que ella y yo. Así que sin mas, la coloque entre mis piernas teniendo cuidado de no maltratarla y así poder pasarla desapercibida.
–Ey relájate no quería molestarte, solo bromeaba–Dejo lo que le pedí en la barra, ya que yo no volví a levantar la mano para cogerlo.
–Pues ya lo hiciste, ahora déjame en paz–Tome el vaso y le di un pequeño sorbo para después dejarlo de nuevo en la barra…Tratando de ignorar la mirada incomoda que me dedicaba el. Claramente vi como se acerco a un mas y recargó un brazo en la barra para después sostener su barbilla con este.
–Oye, si te acepto la rosa, ¿Me regalarías una sonrisa? –Si fuera un desquiciado carnicero, juro que lo rebanaría en mil pedazos y tiraría sus restos en el drenaje…



¿En verdad este tipo quería salir con la boca partida? Por que eso es justo lo que se estaba buscando. Rápidamente lo observe con el ceño más que fruncido, estaba enojado, no quería que me molestaran y mucho menos gente que no conocía. No quería armar un escándalo aquí, así que opte por no golpearlo, pero ganas no me faltaban. Parecía que su objetivo era querer enfadarme así que no le daría el gusto. Imite su gesto y me acerqué un poco mas a el para después plantarle en la cara una mas que conocida señal con el dedo anular…Muy merecido se lo tenia. Note como se puso serio y se apartó de la barra hasta quedar recargado en la repisa que estaba atrás de el mientras se cruzaba de brazos, cerro los ojos y esbozo una pequeña sonrisa mientras se apartaba los casi largos mechones de cabello claro del rostro–Vaya Bill, creí que tenias modales…–Y dicho esto, tomo de nuevo la franela que tenia hace un rato y se marcho hacia la dirección en donde un cliente lo llamaba. Abrí los ojos desmesuradamente, solo observando su silueta alejarse. Me quede un poco confundido, pensando en las mil opciones en las que pudo a ver adivinado mi nombre hasta que reaccione y quise golpearme la cabeza por ser tan estúpido…Claro “Tokio Hotel” de donde más pudo haberme conocido. En saber eso me hizo sentir aun mas incomodo de lo que ya estaba, pensé que aquí seria un buen lugar para esconderme de cualquier fan pero ya veo que no. 


Aunque reaccionando bien, el para nada se comporto como un “Fan” todo lo contrario, tal vez en realidad no le gusta mi música y es uno de esas personas que se la pasan todo el tiempo criticándome por como visto, o por mi según apariencia “Femenina” ahora veo por que su estúpido comentario del principio. Seguro mañana estaría contándoles a todos sus amigos de la genial apariencia que se cargaba Bill Kaulitz ayer en el bar…Jodidamente fachoso. No quise seguir dándole vueltas al asunto así que de un trago, me acabe el agua sin siquiera detenerme. Deje salir un largo suspiro y me dedique a observar el bar…Seguía con el mismo ambiente de antes o por lo menos diez persona mas habían entrado, no mas. No tenía mucho que hacer así que recargue la cabeza en mi brazo y me mantuve jugando con uno de los tantos batidores que se encontraban de muestra en la barra. Solo girándola dentro de mi vaso vacio.
Una bulla hizo que toda mi “Gran concentración” se desviara hacia la dirección del sonido…Dos metros a lado de mí.
Había un grupo de chicas y algunos chicos, celebrando y haciendo el afán de animar a un joven cantinero que sonreía amablemente mientras parte de su alborotada melena castaña se le escurría por la frente. Claro… ¿De quien otro impertinente cantinero podía estar hablando? Estaba haciendo como un disque show con varias botellas de alcohol y licores, girándolas y aventándolas al aire para luego servirlas en copas con adornos elegantes. 



Vaya, vaya, hasta con eso se puede tener admiradores ¡Eh! El continúo malabariando las incesantes botellas que aquellos jóvenes pedían.
– ¿Jóvenes…?– ¡Rayos! No había caído en razón de cuando se habían adentrado chicos al bar. Sin pensarlo siquiera deje de observar la situación y rápido gire la cara hacia la dirección contraria…Si me reconocían estaba perdido. Así que con un simple gesto, me trate de tapar la cara un poco con mi cabello, solo para pasar desapercibido. No estaba de humor para adivinar si ellos me conocían o no, pero mirando bien el manicure que una de ellas tenia, supe de inmediato que si, claro que me conocían, era el mismo que yo tengo. Tratando de ignorar todo el alboroto que había a un lado de mí, me enfoque en lo que estaba haciendo hace unos instantes…Jugar con el mismo batidor. De pronto, vi como una mano confianzuda me arrebato el vaso que tenia.
– ¿Por qué te escondes eh? ¿Les tienes miedo? – ¿Y este a que hora dejo de hacer su teatrito que ni me di cuenta? Con su mirada apuntó a los chicos que hace un momento había entretenido con su pequeño show, yo ni quise voltear, no iba a arriesgarme.
–Qué te importa…–Si, tal vez era un poco grosero con el, pero eso de estar de metiche todo el tiempo no me agradaba.
–Me importa por que no quiero ver a un muchacho afligido, por algo que no debería…Voltea no te preocupes, se fueron a sentar hasta el fondo del bar–Sin querer confiar demasiado en el, decidí por hacerlo.



Lentamente fui volteando la cara hacia un lado, con una mano tapándome el rostro disimuladamente, hasta que por fin pude darme cuenta que en verdad, ya no se encontraba nadie ahí. Respire aliviado y retire el cabello que me estorbaba la cara.
–Uff, me alegro…–El joven solo sonrió mientras preparaba algo que segundos después me entrego.
–Aquí tienes– Mirando el vaso más de cerca, pude notar claramente que se trataba de una limonada.
– ¿Para que? Yo no pedí esto…
–Lo se…Es cortesía de la casa–Me tendió el vaso mientras sonreía ampliamente…Dios jamás había visto antes a alguien que riera por todo…Por lo menos el era feliz. Yo solo me quede quieto, cohibido, mirándolo a los ojos, percatándome del color avellana tan familiar que estos tenían, solo que un poco más claros…Pero juro que casi casi podía ver a Tom en ellos.

CONTINUARA...


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