CAPITULO 93: Situaciones incomodas
–Coño pero… ¿Pero que rayos estas haciendo? –Por instinto de protegerme de algo devastador para mí, puse mis manos sobre mi rostro para cubrirme con ellas los ojos lo más que podía, no podía mirar, Dios…Ni siquiera me lo esperaba. El muy degenerado se había quitado la toalla por completo, así, sin quejas ni advertencias preventivas. Dejando toda su naturalidad al exterior…Totalmente expuesto, frente a mi. Mas traumado hubiera estado si no se encontrara de espaldas…Eso si que seria demasiado. Con suerte pude taparme los ojos a tiempo antes de ver de más. Pero de todas formas… ¿Qué no podía ser más discreto? Tal vez halla confianza en nosotros, mucha, pero para mi esto ya era demasiado. Desnudarse ante mi así como si nada ¿A que persona le cabe hacer esa patraña?…Solo a el que tenia ante mis narices– ¿Qué no ves que sigo aquí?
– ¿Y eso que?
– ¿Y eso que?… ¿Todavía te atreves a preguntarlo?
–Por favor Bill, no te portes como niño chiquito, estamos en confianza…–Que descarado…Se atrevía a decirlo a si con tanta naturalidad. Como si lo que estaba haciendo fuera algo tan normal como lo es tomar agua. Si antes ya me encontraba en una situación incomoda, ahora estaba más que hundido en vergüenza.
– ¿Confianza? Eso no justifica ni por poco que te desnudes frente a mí…
– ¿Por qué? ¿Qué acaso te intimido? –Ni siquiera quería imaginarme la sonrisa de sin vergüenza que estaba esbozando en su pálido rostro…Me cabrearía mas–Vale, ni que tuviera algo que no hubieras visto antes…
– ¡Ese no es el punto! Eres un arrogante asqueroso. Me incomoda, por favor Reiko ¡Cúbrete! –Me mantenía aun con ambas manos sobre mi rostro, tratando de cubrirme inútilmente con ellas. Si quería podía ver por las aberturas de entre mis dedos, pero por ningún motivo lo haría, así que tenia que ayudarme cerrando los ojos con fuerza. Como no podía mirar nada, lo único que podía hacer era escuchar sus inquietantes risas…Burlándose seguramente de la bochornosa situación o de mí. Estaba molesto…Muchísimo. Que se comportara en ese plan de hacerse el gracioso, ya me sacaba por completo de mis casillas. Solo deseaba en este momento que por ningún motivo se atreviera Tom a venir. Ya me imagino lo que pensaría, muchas cosas equivocadas, y para después explicarse lo que paso en realidad iba a estar difícil, sabiendo lo testarudo y necio que es, no creería ni una puta palabra de lo que dijera. Solo podía imaginarme a Reiko con la cara destrozada y a mí con el corazón roto en mil pedazos…Que no entre por favor.
– ¿Pero que tiene de malo? Antes nos bañábamos juntos ¿No lo recuerdas? Y no era de mal verse…–Pero que tiene en la cabeza ¿Mierda quizás? Por que involucra el pasado con el ahora…Eso ya nada tiene que ver, ya es completamente diferente…Aunque, bueno, eso era verdad. En algunas ocasiones de hace tiempo, nos vimos compartiendo la bañera, pero en ese entonces éramos unos “Niños”, y yo no lo veía como algo incorrecto, ninguno de los dos tenia la suficiente razón como para ponerse a reflexionar si estaba bien o estaba mal…No importaba. Pero ahora no podía ni quería imaginarme a mi en la misma bañera con Reiko, pensar en esa idea cruzar por mi mente me aturdía y me descolocaba por completo.
–“Antes” Tu lo acabas de decir, pero ahora ya no es lo mismo…Hemos crecido y pues…eh…Este…Ya no es lo mismo…Y si, hay confianza pero no a ese extremo–Sentía que sudaba…De nuevo sudaba– Y claro que lo recuerdo. Siempre me hacías maldades cuando me bañaba contigo, eras un completo diablo, un niño sin remedios–Sin darme cuenta, me encontraba con el rostro cubierto por la enorme almohada que hace un momento estaba a un lado mío. Tal vez por insisto la había tomado, sin percatarme de cómo o cuando, pero me alegraba de verdad haberlo hecho. De ninguna manera me la quitaría de encima, no hasta que estuviera vestido de nuevo.
– ¿Yo? No recuerdo portarme mal contigo Bill, mientes.
–Ah ¿No recuerdas? Pues déjame te refresco la memoria–No se si me entendía bien completamente ya que todo lo que decía se lo tragaba mi salvadora almohada, pero no me la quitaría por nada del mundo–A ver, me llenabas los ojos con jabón, me ahogabas en la tina a cada rato, pataleabas y me aturdías todo el tiempo, ah y no olvido las veces que me quemaste el cuerpo al arrojarme dentro del agua caliente y…–Me exalte un poco cuando sentí sobre mi hombro el rose de su mano. Yo lo creía a más de dos metros, alejado de mí, no me lo esperaba tan cerca…Que horror– ¡No me toques, aléjate de mí!
–Bill tranquilo, quítate eso del rostro–Que se creía ¿Qué lo viera desnudo? Eso es una prevención que jamás haría.
–Nooo…Ni loco…
–Bill…–Escuche su tono de voz un poco harto. El que debería estar harto de todo esto debía ser yo, no el–Ya puedes mirar–No confiaba…No del todo, pero quise hacerlo.
– ¿Seguro? No me estarás engañando ¿Verdad?
– ¿Seguro? No me estarás engañando ¿Verdad?
–Hombre no…Ya deja de hacerte el exagerado–Sin estar del todo seguro, espere unos segundos para acceder a lo que me pedía Reiko, sin más obedecí. Con lentitud me deshice de la almohada que usaba como escudo, y aun mas lento levante la cabeza abriendo solamente un ojo y efectivamente para mi sorpresa ya traía puesto su pantalón negro, nada mas que eso. Por andar con mi berrinche ni cuenta me había dado de cuando se había puesto esa prenda, pero me alegraba.
– ¿Contento? –Fruncí el ceño cuando lo vi darse una media vuelta como si estuviera modelando, en modo que notara que traía puesto ya su pantalón.
–No entiendo para que te llevaste la ropa al baño si ni siquiera te vestiste dentro.
–Ese no es el punto, el caso es que no deberías de sentirte avergonzado de verme desnudo ¿No dices que soy como tu hermano? Es algo tan normal…– ¿Normal? ¿Ver a tu mejor amigo desnudo y no intimidarse en absoluto es algo normal? Creí que Leyna le había enseñado ética, pero ya veo que estoy en un error–Mira, pongámoslo así…Es como si vieras a Tom sin ropa, desnudo ¿Que acaso te excitaría ver a tu hermano de esa forma? –Trague saliva pesadamente. Juro que si estuviera bebiendo alguna bebida en este momento, se la escupiría toda en la cara. Me agarro en curva…No podía creer lo que me dijo. Si no era una cosa, era otra, pero siempre que Reiko abría la boca el que salía perjudicado era yo…Siempre.
A veces pienso que lo hace por maldad, a propósito, para hacer de mi vida aun mas estresante de lo que ya esta. Si tuviera una aguja e hilo, le cosería la boca para que dejara de escupir cosas impertinentes, innecesarias, cosas que no me perjudiquen. “¿Qué acaso te excitaría ver a tu hermano de esa forma?” Esa maldita frase… ¿Qué si me excita ver a Tom desnudo? Esa es una pregunta tan fuera de lugar, tan insultante…Me ofende. Es como si algún tarado me preguntara “¿Te gustan los tatuajes?” Eso es algo completamente obvio hasta para un ciego. Es exactamente lo mismo que la pregunta que formulo Reiko hace un momento…”¿Qué acaso te excitaría ver a tu hermano de esa forma?”…Hasta la pregunta es ingenua y carece de credibilidad. ¡Uff! Que si no, me he dado las mejores pajas con solo pensar en el tal y como vino al mundo. Su cuerpo, su piel, su olor, hasta el sudor que transpira es algo con lo que deseo saborear siempre, a cada minuto, segundo. Así que…Claro que me excita Tom, me pone muchísimo verlo sin ropa. Pero por supuesto que no podía decirle eso…No, no, no claro que no podía. Aunque de cierta forma lo que me había comentado era totalmente cierto, me molestaba que lo hubiera dicho ¿Por que tubo que insinuar algo así? Y lo peor, ¡Por que cojones se compara con Tom! Si ni le llega a los talones si quiera. Me cabrea que malinterprete todo, por que eso claro era una indirecta, no se por que pero me lo suponía ¿Que se cree? ¡Yo no soy marica! Para nada lo soy.
Bueno…Admito que me folla un chico y para fregarla de enfermo es justamente mi hermano gemelo, pero eso no amerita a que lo sea. “Yo no me puedo ver con otro hombre que no sea el” Simplemente no puedo, no puede pasar eso jamás ¿Por qué? ¡Por que a mi no me gustan los hombres! Así de sencillo. Tom es Tom y punto, es único. No hay nadie más para mí. El es mi única excepción. Miles de veces he dicho que mi estilo afeminado por así decirlo, es por que me gusta, me siento cómodo, nada mas por eso, para nada tiene que ver eso con que yo sea un maricon o algo así. Por eso me molesta muchísimo que Reiko, uno de mis “Geniales amigos” me dijera tal pensamiento, aunque de una muy cierta forma lo que dijo es cierto. Disfrutar del cuerpo de mi hermano es algo que gozo bastante y creo que lo peor de todo es que no me avergüenza admitirlo.
– ¡Que rayos dices, claro que no! –Si, lo admito…Pero para mis adentros–Cálmate ¿Si?…Si vas a seguir de majadero mejor guárdate tus comentarios innecesarios.
–Bill, estoy bromeando. Tu si que te tomas todo a pecho– Me quede quieto, frunciendo el ceño solamente mientras Reiko me sacudía un par de veces el cabello– Oye Bill, ¿Me prestas tus sombras negras? Es que saldré y las mías están hasta el fondo de mi maleta y no quiero hacer un desorden ahora, ya se me hace tarde.
– ¿Tarde? ¿Saldrás a algún lado? –Vaya, ya empezaba a entender por que tanta prisa.
–Si de hecho, ¿Si me las prestas? –Junto sus manos en forma de suplica…Parecía desesperado.
–Ya que…No me queda de otra ¿Cierto?– Revire los ojos en señal de disgusto, nada serio, simplemente por fastidiarlo– Están en el baño, pero cuidadito con rompérmelas ¡eh!
–Si señorita yo le cuido sus joyas–Le avente con fuerza uno de los cojines que estaba a un lado de mi, haciendo que se estampara justo sobre su rostro, nada grave.
Bueno, aprovechando que Reiko se ira, ahora lo mejor seria aprovechar en darme esa ducha pendiente para quitarme esta mal pinta…Ya después veré que hacer con el resto del día, pero definitivamente seria algo favorable.
CONTINUARA…
0 comentarios:
Publicar un comentario