¿Qué acaba de pasar? Se preguntaba Tom una y otras vez mientras se estaba masturbando en el baño de su habitación después del sexo oral que tuvo con Bill.
-No me lo puedo creer, me besó, realmente me besó –pensaba Tom. –No… no puede ser tengo que estar soñando y si fuera así… no todavía tengo el sabor de su semen en mi boca. Que estaba delicioso. ¡Dios! ¡¿Qué estoy pensando?! ¡Es mi hermano! ¡NO! Por favor soy… soy un gillipollas enamorado. ¿Enamorado? Qué raro suena. Yo… enamorado. No me cabe en la cabeza y encima en… ¡No! Tom tranquilízate, no fue nada, solo prestaste tu servicios a… para ayudarlo. Nada más. ¡¡¡¿PERO QUE CLASE DE PERSONA LE CHUPA LA POLLA A SU HERMANO?!!! Estoy mal, muy mal.
-¿Tom? –El menor de los gemelos tocó la puerta del baño.
-¡Joder! Y ahora no me puedo pajar a gusto, tendré que dejarlo –pensó.
-¿Tomy? –volvió a llamar el pequeño.
-¡Ya voy! – Se puso los pantalones, tiró de la cadena para fingir haber ido al baño, se lavó las manos y salió.
Tom miró a Bill de reojo, este llevaba una sonrisa de oreja a oreja. Parecía muy contento, eso le daba un poco de miedo a Tom. Ver así a su hermano pequeño era un peligro muy grande, quien sabe lo que le haya pasado por la cabeza.
-Nos vamos hermanito –dijo Bill sonriente.
-Sí, vámonos.
Bill tomó a Tom del brazo y se despegó de él hasta reunirse con los demás en el desayuno.
El plan de aquel día era:
-4 horas de fotos shooting.
-1 hora firmando autógrafos.
-45 minutos hasta el estadio.
-30 minutos descanso.
-2 horas de ensayo.
-30 minutos descanso.
-1 hora y media de concierto.
Finalmente:
-1 hora con la fans en el backstage; y
-Lo que quedaba de camino hasta el otro hotel.
(Esto puede ser quizás un día light de Tokio Hotel)
Era increíblemente tarde, puede que la una de la madrugada pasada, cuando al fin Bill pudo tirarse encima de su cama a gusto. Como siempre, o por petición de Tom a escondías, los gemelos compartían cuarto. El guitarrista se dejó caer en el sillón a igual que Bill estaba reventado.
-¡Joder! Menudo día –se quejó Tom quitándose con pereza la chaqueta y los zapatos.
-Y que lo digas, pensaba que no se iba a acabar nunca.
-No te alegres demasiado Bill, que mañana vuelve a empezar todo.
-¡Cállate! –Cogió el cojín de la cama y se lo tiró – ¡No me agobies!
Tom dejó la almohada en su regazo y se quedó pensando.
-¿Sabes…? – no pudo acabar la frase, vio a su hermano medio desnudo y las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.
Lo miró de arriba abajo durante un tiempo sin parar de morderse los labios. Deseaba tanto lamer el tatuaje que tenía en su torso, quería tener cada parte del cuerpo de él solo para sí. El cuerpo blanco, frágil y delgado era para Tom una delicia, era como un caramelo que estaba fuera de su alcance, con un gran cartel que ponía: PROHIBIDO; pero le excitaba aún más. Debido a esa gran pasión que sentía por la culpa de Bill se convirtió en un adicto al sexo. Adicto a tirarse a cualquier mujer que tuviera algún parecido a su amor secreto.
Bill notó que Tom no dejaba de observarlo.
-¿Qué?
-Nada, no deberías pasearte así, cogerás un resfriado.
-No creo que eso sea un problema porque sé que me vas a cuidar.
-¿Por un resfriado? –preguntó Tom extrañado alzando un ceja.
-Pues sí porque si te digo que tengo frío me darás calor.
Las palabras de Bill hacían que el mayor se imaginara cualquier manera de calentar a su gemelo. Eso le provocó una excitación enorme que le hizo apretar el cojín contra su repentina erección. No quería que Bill se diera cuenta aunque este también comenzó a sentir como su miembro se ponía duro. Rápidamente puso las manos delante de su problema y se dio la vuelta. Tom se dio cuenta enseguida de la reacción de Bill y sonrió descaradamente.
Se levantó del sillón y se acercó a su hermano, colocó sus brazos alrededor de su cintura haciendo que este se estremeciera.
-Que sepas que lo que pensaste no está bien –le susurró al oído. Bill notaba que la cercanía de Tom le excitaba aún más. Tom se apretó con fuerzas al pelinegro intentando que sintiera su miembro activo. –Esto es por tu jodida culpa, Bill. Siempre me haces lo mismo, te maquillas demasiado sexy y me dan ganas de empotrarte contra la pared para joderte toda la noche.
-¿Porqué todavía no lo has hecho? –preguntó Bill de forma seductora para calentar aún más el ambiente. Tom ante esa pregunta no tenía respuesta y se quedó dudando sobre ello.
-Quería que fuera lo suficientemente mayor para hacértelo, pero no sé si tienes la mentalidad suficiente para follar.
-No me trates como si fuera un tía –dijo suavemente.
-Está bien – Tom bajó despacio la mano hasta la erección de Bill, quitó las manos de su hermano y acarició sobre la tela su miembro. A pesar de ser solo suaves caricias el pelinegro se estaba volviendo loco de placer, su respiración se aceleró.
-Ah… -gimió Bill.
-No me puedo creer que seas tan sensible.
-Si… si te vas… a poner borde… te vas –respondió algo entrecortado por la falta de aire.
Siguió masajeando el miembro de Bill, provocando pequeños gemido que a él le excitaba aún más. Harto ya de toca la tela media sintética media de algodón, metió la mano en los bóxer acariciando la piel de la erección del menor.
-Tomy… -jadeaba el pelinegro – Más… quiero más…
-Te daré todo lo que me pidas –le dijo muy bajito al oído.
Tom se separó un momento de su hermano para poder quitarse la camiseta y los pantalones que comenzaban a incomodarle en su tarea. Bill se acercó y acarició el torso medio entrenado del mayor. Había deseado tanto tiempo esto y ahora se volvía realidad, no se aguantó las ganas de besarlo. Fusionaron sus labios en un jugoso beso apasionado, poco a poco dejaron paso a sus lenguas intensificando el contacto.
Tom recostó a Bill en la cama, sin separar sus labios de los de su hermano. El pelinegro aumento los gemidos al notar que el guitarrista había llegado a su erección y la estaba lamiendo.
-Tom… -Este sonreía al escuchar al menor pronunciar su nombre. –Tom… despierta…
Levantó la cabeza, vio que Bill estaba rojo pero sonreía divertido.
-Tom… despierta –Bill se acercó y lo besó. –Te has quedado dormido… -susurró.
El guitarrista abrió los ojos y se encontró a con la sonrisa de Bill que llevaba ya puesto el pijama. Miró a su alrededor confuso al darse cuenta de que solo fue un sueño suspiro.
-¿Qué te pasa hermanito? –preguntó el menor divertido al ver la cara desconsolada de su hermano.
-Joder siempre lo mismo –pensó. –Nada, Bill. Me voy a duchar.
Se levantó del sillón estirándose a pesar de solo haber estado dormido media hora tenía todo el cuerpo rígido, la verdad es que no recordaba cuando se había quedado traspuesto.
-Como quieras pero… ¿no quieres que te quite el calentó? –Tom se quedó parado ante la puerta del baño ¿Cómo supo eso? ¿Acaso habló en sueños? Volteó para ver su gemelo con cara entre seductor, inocente y divertido.
-¿Cómo…?
-Hablas demasiado –se rió.
Tom no sabía qué hacer. ¿Debía ignorar el comentario y hacer como si no lo hubiera oído? O ¿Aprovechar la ocasión para realizar su sueño?
-Bill… Yo…
-No hace falta que lo expliques, estamos en paz.
-¿En paz? –pensó.
-Te ocurrió lo mismo que a mí esta mañana, pero creo que soñaste eso…
-Sí, sí, eso. Bueno… me voy a duchar.
Le dio la espalda a su hermano y se dirigió al baño. Mientras Tom se daba su ducha, Bill se sentó encima de la cama y encendió el portátil. Sabía que su hermano iba a tardar un tiempo por lo que decidió escribir en su diario.
Día: 26/09/07
Fue un día bastante estresante como cualquier otro pero con la diferencia de que mi amado me ha hecho la cosa más bonita y excitante del mundo. No me refiero a sexo sexo sino a quizás simple paja. Pero me encanto, dios, fue lo mejor me corrí totalmente en su boca. Joder eso parece un puto diario de una tía ¬¬’’ pero no puedo evitar sentirme en las nubes cuando lo tengo cerca, sentirme feliz y en paz cuando me abrazo porque me pide perdón. Con lo rayado que estaba antes y ahora… completamente enamorado. (Como odio escribir esa palabra T.T) Mierda Tom porque me hiciste sentir así si somos hermano aunque eso es lo menos pensando que todavía no tengo su amor. Pensar que llevó desde que se lo que significa la palabra amor colado por él. (Espero que esto nunca lo lea hasta que no se haya confesado) ¿Te preguntaras por qué digo eso? Pues está claro ha soñado conmigo de forma erótica, lo he oído todo. ¡Pobrecito! Jajaja. Le ha cortado más.
Vale ahora si estoy hablando como una tía. Se acabó.
Guardó el documento y apagó el portátil, volvió a meterlo en la maleta y se recostó sobre las sabanas. Cerró los ojos por un momento, casi sin darse cuenta se sumergió en un sueño profundo.
Tom se estaba mirando en el espejo, en el tiempo que se había metido en el baño solo se había quitado la camiseta y los pantalones mientras se preguntaba una y otra vez si Bill realmente lo había oído todo o solo noto la abundante erección. Suspiró.
-¿Que voy hacer? Ya lo sabrá todo, seguro. Me apuesto lo que sea. –Humedeció sus labios con la lengua que los tenía algo secos, luego, hizo una mueca entre sorpresa y desagrado. -¿Pero qué coño es esto? –Pasó un dedo por su boca. -¿Esto no es? No puede ser. –Olió la viscosidad que se acaba de quitar de la boca. Sonrió al darse cuenta lo era en realidad.
-Hijo de puta. Te has aprovechado de mí mientras dormía, me las pagaras. Ya lo verás.
Se metió en la ducha al fin y no dejaba de pensar en su venganza.
1 comentarios:
ho ho me encanta me encanta
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