jueves, 4 de marzo de 2010

*Dead Promise* cap 104

CAPITULO 104: Miedo a una mentira

¿Cómo es que en una sola mente pueden caber tantas dudas e inseguridades? Por que si…Aparentemente la mente son kilómetros y kilómetros de capacidad para recordar o almacenar cosas, tanto así que hasta algunos ancianos pueden recordar experiencias de cuando tenían 5 años por decir así, y eso me lo había demostrado Idonia. Pero en mi caso…Parecía ser diferente. Estaba completamente cerrado a otras opciones básicas para aunque sea así poder estar mas tranquilo. Me negaba a pensar en otras cosas que no fueran…Malas, desfavorables e hirientes. Era como si yo mismo quisiera provocar mi propio sufrimiento…Y así lo estaba haciendo. ¿Por qué no podía pensar en otras cosas que no fueran con el hecho de que Tom me desprecia? ¿Por qué no podía pensar que me estaba equivocando? ¿Por qué evitaba pensar en que esto fuera una simple pesadilla? ¡Fácil!…Por que no lo era, esto era una cruel realidad y a mi ya no me hacia gracia pensar en falsedades y cuentos de hadas…Yo quería ser mas certero en todo esto, quería salir de dudas. Ya no quería estar entre el “No se” Ansiaba estar entre el “Si o no” Tener algo que afirmar o negar. Y por eso ya no tenia nada mas que pensar, ya lo había decidió e iba a hacerlo. De alguna u otra forma tenia que salir de dudas, ya eran bastantes las que tenia en la cabeza así que ¿Para que hacerme mas bolas? “Ve directo al grano”. Tampoco quería alargar mas este “Asuntito”…Con una sola pregunta me bastaría para salir de la ignorancia. No me iba a dejar llevar por solo impulsos, de alguna forma tendría que estar seguro de quien cojones era antes de actuar. Aunque una fuerte parte de mi decía “Es Tom”…Ya no quería hacerme ilusiones falsas o engañosas ¡Estaba harto de ellas! “Los espejismos suelen ser hermosos, pero nunca reales”
–Voy a averiguarlo…–Sin dudarlo mas, tome de nuevo el aparato y comencé a teclear bajo la atenta mirada de Idonia y Durg. Pensaran seguro que por fin hago algo “Bien” Ya que eso de estarme acobardando ya los tenia hartos…Y a mi también. Escribí una pregunta corta pero demasiado directa, y aunque sonara de lo más patética e inesperada, así sin más se la plantee. Si quería respuestas, las conseguiría siendo directo…Muy, muy directo.

“¿Eres Tom?”

Después de mandar el mensaje espere ansioso a que llegara una respuesta. Mis ojos se quedaron clavados solamente en la pantalla ignorando todo lo demás, simplemente esperando nervioso a que volviera a vibrar. Pero…Ni la puta musiquita ni las vibraciones aparecieron en el ambiente, no pasaba nada. Si lo se, quizás me estaba precipitando demasiado, si apenas hace unos segundos acababa de mandar el maldito mensaje, pero ¿Qué tanto tenia que esperar? Yo había sido directo por lo cual no hay necesidad de tardarse a contestar. Solo necesitaba leer un “Si o No”. Con esa simple palabrita me conformaría, tampoco necesita todo un choro o explicación escrita.
–Nada, nada, nada ¡Puta madre por que no contesta!–De mala gana azote el móvil casi estrellándolo sobre la barra, sin preocuparme si quiera en si lo dañaba o no, ya me daba igual. Idonia se encogió un poco al tremendo azoton pero rápido guardo la compostura. Paciencia era lo último que tenia, esa se había ido desde el primer timbrazo.
– ¿Bill que pasa?–Durg estaba muy pendiente a cada reacción mía, como si estuviera cuidándome de que no fuera a hacer alguna estupidez…Casi, casi parecía así.
– ¿Que pasa? Que no me contesta el mensaje eso es lo que pasa–Durg frunció el ceño mientras me escrudiñaba con la mirada. Pensara seguro que estaba exagerando en esto pero ¿No era eso lo que querían desde un principio? Me atreví a hacer lo que no quería, así que no tienen nada más que reprocharme. Y aparte más que enojado estaba desilusionado. Que Tom tardara en contestar me ponía histérico, ¿Y si se había enojado mas? Bueno, conociéndolo tampoco iba a estar pegado a su móvil pendiente de mi mensaje, pero… ¡Se trataba de mí! ¿Ni por esa razón haría una excepción? El fue el primero que comenzó esto, así que debe ser el que lo termine…Debe de demostrarme que le soy importante o perderá la cabeza.
–Bill, le acabas de enviar el mensaje ¿Como quieres que te lo responda tan pronto?–Me mordí el labio inferior. Durg tenía razón, y cuando acepto que él la tiene es por que algo en mí esta mal…Por obvias razones. ¿Que mas podía hacer? Solo esperar–Ten paciencia…–Resignado, me recargue mas sobre la barra, puse mis codos sobre esta y recargue mi pesada cabeza sobre mis manos. Soplé un par de veces el mechón de cabello que se encontraba estorboso sobre mi rostro, jugando con él una y otra vez mientras que debes en cuando le daba algunas miradas a mi móvil para notar algún cambio pero…Nada, como jodía eso. El hecho de que Tom no me respondiera no significaba nada en si, puede haber muchísimas razones por las que no haya contestado aun. Lo mejor era mantenerme en calma.



–Brrr! Brrr! Brrr!– Cosa que no logre obtener al dar un pequeño brinco en cuanto empezó a vibrar el móvil…Lo que tanto ansiaba por fin llego. Sin pensármelo dos veces lo desbloquee y rápido abrí el mensaje.

“Eso ya esta mas que claro ¿No?”

Resople y me lleve ambas manos a la cara… ¿Solo eso? ¿Esa era la tan esperada respuesta? ¿Solo así y ya? ¡Pero que estúpido es!… ¡No!, el estúpido soy yo por hacer mis propias conclusiones. Estaba logrando hacer una tormenta en un simple vaso con agua. Ahora si estaba cabreado. Yo me esperaba algo mas, no lo se, algo menos grosero. Pero con esa simple y confusa respuesta, deduje que esta vez no estaba equivocado…Era el, Tom. Por fin estaba seguro de algo, así que sin pensarlo, rápidamente le conteste el mensaje.

“Entonces no tengo nada de que hablar contigo”

Y sin más lo envié. Tal vez había sido grosero con él pero ¿No se lo merecía? ¡Si! Y más. Quizás me dejaba solo influenciar por mis impulsos sin pensar en las consecuencias. ¿Pero que mas podía perder? Ya no estaba seguro de poseer algo. Agache la cabeza decepcionado, triste, ¿Cómo había llegado a esta situación? Nunca debí de haber dicho lo que dije. Aunque bueno, si no lo hubiera hecho aun viviría engañado a su lado…Creo que esto fue lo mejor. Pero una gran parte de mi se arrepentía…Ya era demasiado tarde.
–Bill…–Al igual que yo, Durg agacho la cabeza un poco para mirarme, yo lo mire también...



–Tu no estas bien…–Trate de sonreír, pero mas que sonrisa, lo único que pude hacer fue curvear mis labios levemente casi sintiéndome Pagliacci al no poder sonreír. Durg junto las cejas preocupado y se acerco a mí, y con toda la confianza del mundo coloco su mano encima de la mía y la entrelazo levemente. Apreté los dientes y arquee las cejas mirando atentamente nuestras manos…Eso fue extraño, demasiado. Lo cual me hizo sentir un poco…Raro o incomodo tal vez. Pero aun con el hecho de saber que un hombre al que en realidad no conozco del todo, me estaba tomando de la mano…No aparte la mía de la de él. Por así decirlo, él me estaba dando apoyo que yo en ningún momento le había pedido, aun con todo el mal carácter que le brinde a el desde un principio acompañado de mi altanería al querer rechazar su presencia, aun con todas esas circunstancias, se quedo a mi lado, ahí, detrás de esa enorme barra, abandonando a sus clientes solo para tenerme a mi como prioridad. Eso en cierta forma me hacia sentir bien, aun por muy egoísta que suene por la demás gente, me gustaba que estuviera aquí…Conmigo. Me hacia sentir bien después de todo, quizás yo lo comencé a juzgar mal…En si en las ultimas horas había estado a mi lado. Y era la única persona que aun sabiendo que se trataba de Bill kaulitz, no armo algún alboroto, mucho menos cuando se entero que en realidad era un hombre y no una chica del quien yo estoy enamorado…


Era una persona tranquila con la que se puede hablar abiertamente sin ser juzgado mal. Por inercia apreté sus dedos que se encontraban revueltos con los míos. Necesitaba sentirlo, necesitaba darme cuenta que no estaba completamente solo, tenia a dos personas grandiosas que desde un principio aun sin conocerme quisieron ayudarme…Y eso se agradece por mucho– ¿Tienes algún problema? –Con la yema de los dedos me sobe los ojos…Estaba un poco fastidiado de esto.
– ¿Problema? ¿Qué si tengo algún problema? Desde que entre llevo cargándolo sobre la espalda…Y vaya que pesa.
–Pero no estas en un callejón sin salida, lo de ustedes se puede solucionar, solo es cuestión de hablarlo entre ambos…Aunque se vea difícil, es fácil. Se que tropiezas al principio, pero después del primer paso los siguientes son mas seguros hasta que sin darte cuenta puedes emprender una gran caminata, llevándote a cualquier parte que desees– ¿Pero y si me quedo invalido al intento? ¿Si al momento de dar el primer pasó tropiezo y ya no puedo levantarme?…Temía por lo que podía pasar. Agradecía todo lo que Idonia me aconsejaba, era de gran ayuda. También estaba ahí apoyando a un chico al que ni siquiera conocía, no lo desprecio cuando supo que “Era gay” al contrario. Me hizo abrir los ojos demasiado. Pero en realidad ya no sabía si podría seguir su consejo. Por mucho que quisiera hablar con Tom, no me llegaba el valor para hacerlo. En primera ¿Por que no había salido a buscarme? Eso me hacia sentir vacio.



¿Que acaso yo era el único que estaba sufriendo?…No lo se. Pero una gran parte de mi deseaba tanto poder arreglar esto de una vez.
–Hablar es lo que quiero hacer pero…palabras no me salen…–Ni siquiera tenia idea de que decirle, solo llegar y ¿Decir qué…? No lo tenía planteado, pero aun así y por extraño que parezca, ya me había hecho la idea de que el que tenía que solucionar esto era yo…Y no iba a echarme para atrás.
–No son las palabras la que no salen, si no el miedo que le tienes a él es quien no te permite halar con claridad– ¿Miedo…A Tom?–Por que es eso Bill, aunque lo veas incoherente tu le temes mucho, y en cierta forma eso me hace pensar que quizás su relación no sea muy estable…Me preocupas– ¿Qué nuestra relación no es muy estable? ¿Pero que quiso decir con eso? Idonia en cierta forma ya la había caracterizado por psíquica, pero esto era demasiado. No me gusto para nada lo que dijo ¿Yo temerle a Tom? No era cierto ¿Por qué tendría que hacerlo? Digo, quizás si estaba asustado pero el no era quien influía el miedo “¿Seguro que no?”… Bueno, quizás solo le temía a su reacción, solo a eso. ¿Pero es normal no? Aunque, uno nunca sabe las reacciones de otra persona aun aunque lleves toda una vida conociéndola.
–De algún modo el miedo no es hacia el, si no hacia sus palabras, no quiero escuchar nada que me destroce de nuevo.
–Pero no tiene por que ser así, si él no da el primer pasó, ¡Hazlo tú!...



–Demuestra que tu también puedes hacer algo por que quieres, no por que te obliguen– ¿En verdad quería hacerlo? ¿Ser yo quien arregle esto? ¡Si!…Eso era cierto, yo no tenia por que hacer algo que no quisiera, es mi decisión solo mía, y si…Yo quería hablar con Tom de una vez. Entonces si quiero hacerlo ¿Qué estaba esperando? Ahora más que nunca me sentía como un idiota por haberle enviado ese mensaje. Si yo quería arregla las cosas ¿Por qué tuve que decir que no quería hablar con el? Era todo lo contrario. Ahora si me presentaba frente a el ¿Qué me diría? “Estúpido bipolar que dice algo y luego cambia de parecer…Ni tu mismo te entiendes Bill” Si, eso me temía.
–Soy un imbécil... –Solté débilmente la mano de Durg para taparme la cara con las palmas de mis manos–Creo que lo arruine–Idonia se quedo callada al igual que Durg, no era necesario decir nada, con ese gesto basto para saber que me escuchaban. Resople y los mire–Le dije que no quería hablar con el.
–Bill…–Su tono fue un poco cansado…Seguro que de mis estupideces– ¿Por qué hiciste eso? Parece que no escuchaste nada de lo que te dije–Idonia parecía harta, igual y pensaba que de nada había servido que me contara toda su triste historia, pero se equivocaba. Escucharla me había ayudado a abrir los ojos, y ahora más que nunca deseaba volver a ver mi reflejo en los ojos de Tom, aunque sea una vez más.
–Te escuche con atención Idonia, por eso mismo digo que soy un idiota...



–No se hacer nada bien–Después de hacer un leve puchero pegue mi frente a la barra…Esto era estresante. Estaba apunto de volver a entrar en un colapso nervioso cuando…
–Brrr! Brrr! Brrr!–Alce rápidamente la cabeza…Era él. Estaba seguro. Casi como una fiera me abalance sobre el móvil, y una vez en mis manos abrí el mensaje. Estaba nervioso por lo que leería pero, era eso lo que quería, una repuesta.

“Ven aquí de una puta vez”

Fruncí el entrecejo y rodé los ojos. Odiaba que se quisiera ver como el jefe de entre los dos. El que mandaba, el que daba las órdenes y yo de simple esclavo obedeciendo…Me negaba. Pero rápido reaccione…La oportunidad que tanto ansiaba, la que estaba esperando, la que pedía a gritos que apareciera…Había llegado. Y esta vez no seria tan estúpido como para desaprovecharla. El me estaba pidiendo que regresara, tenia que tragarme a fuerzas mi orgullo y atreverme a ir…Pase lo que pase. Ya era hora de poner cartas sobre la mesa y enfrentar las cosas como son, sin complejos ni berrinches. Ya no más. Voltee a ver a Idonia y a Durg quienes me miraban deseosos por saber que había dicho. No se los podía negar, tenían que saberlo también.
–Me pidió que fuera…–Mi nueva amiga, esbozo una sonrisa de satisfacción, como si todo este tiempo hubiera estado esperando este momento. Durg por su parte también sonrió, me gustaba verlo sonreír, bueno, a ambos. Hacían que me sintiera mucho mejor, que sintiera que por fin algo estaba yendo bien.



Que esta vez las cosas iban a ir para adelante y no para atrás. Y yo tenía que dar ese gran paso.
–Eso es un avance Bill, ¿Ves que también quiere arreglar las cosas? Eso es maravilloso–Idonia parecía contenta, me hizo pensar que tal vez se veía reflejada en mi. Quizás lo que ella no pudo hacer en su pasado, lo quería recompensar tratando de ayudar a alguien más…A mí. A que ya no cometa su mismo error– ¿Que estas esperando hijo? ¡Corre! Ve de una vez y arregla todo este mal entendido. Ya veras como se soluciona todo.
–Pero esta vez no seas tontito, ya no te escondas mas como si fueras un niño chiquito detrás de las piernas de su madre–Ladee la cabeza y sonreí junto con Durg ante su pícaro comentario. No me molesto, creo que ya me había acostumbrado a su forma de ser. De hecho, esa frase me pareció algo alentadora…Ya no me escondería mas.
–Tienen razón…–Me levante de un brinco del banquito como si de pronto me hubiera entrado un aire de energía y ganas, me sentía ansioso –Iré a verlo.
–Muy bien, así se habla–Sonreí como tonto…Estaba nervioso. Me quede mirando por un momento sus expresiones de felicidad…Estaban felices por mi, y eso me animaba mucho. Yo sonreía con ellos, hasta que me percate de algo…Era hora de decirles adiós. Tenia que irme y ellos quedarse…Dividir nuestros caminos. Un lado de mi quería quedarse y el otro me incitaba a que me fuera…Tenia que hacerle caso al que con mas fuerza gritaba.



–Bu-bueno, entonces creo que…Tengo que irme–Me quede un momento cabizbajo mientras se prolongaba un desesperante silencio. El rato que estuve aquí me había sentado muy bien. Había sido muy confortante y odio cuando estoy en este tipo de situaciones. Tener que hacer algo que quiero pero al mismo tiempo dejando a quien quieres o aprecias, era complicado. Bueno, tampoco me iba a poner sentimental, ellos aquí están todo el tiempo ¿No? En otra ocasión podría venir a visitarlos de nuevo, aunque sea para saludarlos. Pero aun sabiendo eso, me sentía triste por apartarme de su lado, fueron los únicos que me habían dado el apoyo que ninguna otra persona me había ofrecido. Se los debía bastante. Durg asintió levemente con la cabeza como si a él también le afectaran las despedidas.
–Fue un placer conocerte Bill, bueno, en persona–Sonrió y me extendió el brazo para estrecharme la mano, yo accedí, y de igual manera le devolví el gesto. Idonia nos observaba sonriente, como si ella también estuviera esperando su turno para poder despedirse.
–Gracias, y aunque me cueste admitirlo…Creo que extrañare tus estupideces–Abrió la boca de modo como si lo hubiera ofendido, pero claro que fingía. Creo que de alguna manera en fastidiarnos era la única relación en la que podíamos entendernos. En cierta forma así nos llevábamos bien.
–Admítelo, me vas a extrañar a mí. Al grandioso Durga nadie lo olvida, siempre llega para quedarse.



– ¿Y desde cuando tanta altanería eh Durga?–Me trasmitía tranquilidad ver la sonrisa de Idonia, se veía que estaba feliz por algo, quizás yo era la razón de esta. Esboce una pequeña sonrisa y la mire, ella hizo lo mismo y tras varios segundos se levanto de su banco y se acerco lo suficientemente cerca para tomarme del brazo y jalarme hacia ella…Dando la bienvenida a un cálido abrazo–Hijo cuídate mucho…–Comenzó a susurrarme al oído–Trata de llevar las cosas con calma, y sobre todo escúchalo antes de hablar. No te dejes llevar por tus impulsos, se paciente. Y grábate muy bien esto, no esperes a que lleguen las circunstancias ideales ni la mejor ocasión para actuar…–Se separo de mi un poco y me tomo del rostro con ambas manos, conectando sus ojos con los míos–Porque tal vez no lleguen nunca–La mire alternativamente a los ojos y asentí levemente con la cabeza y de nuevo la volví a abrazar, sentía un nudo en la garganta, era nostálgico.
–Gracias por todo Idonia, en verdad me has ayudado muchísimo–Me separe débilmente de ella, volviendo a la posición en la que me encontraba antes, justo de lado de la barra.
–Nene no agradezcas, todo lo hice con gusto–Me acaricio la mejilla, gesto que recibí con gusto–Bien, ahora será mejor que te des prisa, ya no te distraigas por nuestra culpa–Trague saliva y asentí. Creo que tenía razón, ya era hora de marcharme, tenía un asunto importante que resolver.
–De acuerdo. Ya me voy–No quería mirarlos a la cara, pero tuve que hacerlo…



Ambos me miraban sonrientes, lo mismo hice, sonreírles. Le di un último apretón de manos a Durg, un pequeño abrazo a Idonia y me di media vuelta para ir directo hacia la puerta.
– ¡¡Bill espera!!–Ese era Durg. Gire y formule una pregunta en mi rostro “¿Qué pasa?”…No hubo necesidad de acercarme por que él venia directo hacia mi a paso veloz. Cuando menos me di cuenta, ya me encontraba entre sus brazos, retrocedí un poco al estamparse contra mi…Me dio un fuerte abrazo, de esos que te hacen casi perder el aliento. Me quede como vegetal por un momento, me sorprendió mucho que hiciera eso, y para colmo no pude evitar sonrojarme. Y aunque en mi vida pensé en hacer algo como esto, lo hice…Levante mis brazos que yacían inertes sobre mis costados, lo rodee por la espalda…Y le correspondí. Fueron los segundos más largos en los que me había fundido en un simple abrazo.
Poco a poco deje de sentir presión sobre mi, Durg se estaba separando poco a poco, pero en cambio yo aun seguía muy aferrado a él ¿Por qué no quería soltarlo? ¿Por qué ansiaba seguir sintiéndome entre sus brazos? Quizás por que en él me sentía refugiado, un abrazo siempre es muy bien recibido…Sea de quien sea.
Cuando por fin entre en si, comencé a separarme un poco aun con mis manos sobre su pecho y las de él sobre mi cuello…Yo tenia la mirada baja–Si las cosas se ponen difíciles, sabes que puedes contar conmigo…Aquí estoy por cualquier cosa. No dudes en buscarme–Lo mire, me apenaba mucho esto… ¡El es un hombre! 



¿Pero quien dice que entre nosotros no puede haber apoyo?
–Gracias Durg, pero en verdad no tienes por que preocuparte, todo estará bien.
–Lose, pero de igual forma si algo sale mal, prométeme que vendrás a buscarme–El semblante de Durg había cambiado a uno mas preocupado, pero en realidad no tenia razón de por que estarlo. Tom no me haría daño, eso lo se muy bien, pero bueno, eso es algo que desconoce Durg, así que entiendo su preocupación, y en verdad agradecía que me lo demostrara.
–Te lo prometo–Ahora si me separe completamente aun quedando frente a él–Bueno, adiós Durga–Le brinde una leve sonrisa, lo mismo hizo el.
–Adiós Bill–Quizás y seria la ultima vez que volvería a verlo sonreír, y no se por que me dolía pensar en eso. De cualquier forma el me fue de mucha ayuda hoy, eso siempre se lo iba a agradecer.
Enseguida emprendí mi caminata hacia la puerta. Eche una ultima mirada hacia atrás y con la mano me despedí de ambos, quienes también hicieron lo mismo al igual que levantar el dedo pulgar dándome ánimos a seguir…Sonreí y asentí. Ahora ya había llegado el momento de enfrentarse al lobo feroz pero… ¿En verdad podría hacerlo?… ¡Por supuesto que si! Si algo aprendí en el rato que estuve con ellos, fue a no darme por vencido y si quiero algo, me aferrare a el, me cueste lo que me cueste, y eso es exactamente lo que voy a hacer. No voy a dejar que me intimide mi hermano, por que eso es, pese a todo lo que a pasado entre nosotros el siempre ante todo seguirá siendo eso…



Mi hermano mayor con diez minutos de diferencia.
Salí del bar encontrándome en el vestíbulo, mire a todos lados. Había bastante gente como para que alguien pudiera reconocerme, pero me valía un comino eso, es mas…Lo deseaba. Camine por los corredores del hotel, andando lentamente, solo balanceando la rosa marchita de un lado a otro, observándola al igual que los cuadros que estaban colgados por todas partes…Adornando cada pared. Mire mis pies, vaya, mis pantuflas estaban asquerosas, llenas de manchas cafés, mugre en exceso. Quizás las mucamas tendrán que tirarlas, dudo mucho que las vuelvan a lavar y se las otorguen a otro huésped ¿Verdad?…No lo creo. Continúe vagando por los pasillos, caminando como tal novia la cual se esta casando, primero un paso luego otro, lento, mirando el piso detalladamente, brillaba, estaba muy limpio a decir verdad. Seguro en donde me ensucie fue en el vestíbulo o en el bar…Necesitan barrer mas seguido. Gire la esquina de un pasillo y choque con alguien.
–Oh, perdón…–Era una niñita. No llegaba mas allá de mi cintura, frunció el ceño y se me quedo mirando al igual que yo a ella. Se mordió el labio, se agacho y levanto una muñeca. ¡Oh! Le había tirado la muñeca. Me dio un ultimo vistazo y sin mas me saco la lengua y se fue corriendo hasta llegar a lado de su madre supongo. La mujer al verla le beso las mejillas y escuche claramente como la muy pequeña mentirosa le decía a su madre que yo le había tirado la muñeca apropósito.



La señora simplemente sonrió y le dijo que no se preocupara, que si se había roto, ella le compraría una nueva. Volví a caminar, arrugue la frente y me enfoque en nada…De repente mi mente había sido apoderada de miles de pensamientos e ideas inconclusas, en primera ¿Qué le iba a decir a Tom cuando lo viera? No tenia ni la mas remota idea de que decir. Estaba en cero. Esa pequeña tubo por lo menos un pretexto para llamar la atención de su madre…Y vaya que salió beneficiada, recibió dos besos y una futura muñeca nueva, pero ¿Y yo que? Yo no sabia que decir y mucho menos por donde cojones empezar y a diferencia de la niña…Seguro yo no recibirá dos besos y un muñeco nuevo, ni siquiera obtendría al viejo muñeco con el que tanto me encariñe. Pero ¿Por que tenía que ser yo quien hablara? Si era él quien me había citado ¿O no? Vaya, de nuevo estoy poniéndome nervioso, no hay necesidad de hacerlo, ahora había llegado el momento de enfrentar mis problemas y no me iba a echar para atrás. Eso jamás.
Llegué a la puerta del elevador y me adentre en el. Observe como la pequeña manecilla que marcaba el piso se movía lentamente conforme iba subiendo.
“Primer piso” Respira, todo esta bien, no pasa nada. Muy pronto todo estará como antes, tengo que ser optimista ¿No? Necesitaba serlo.
“Segundo piso” Las puertas del elevador se abrieron, y al salir, me encontré de frente a ese largo corredor, aquel que me conduciría hasta mi destino. Trague saliva.



Comencé a moverme, bueno, si así se le puede decir a dar pasos de apenas cinco centímetros de distancia. Pero al darme cuenta de la realidad, de lo que estaba apunto de hacer…Me había acobardado. El plan era simple…Llegar lo más rápido que pudiera y arreglar este maldito problema de una vez, pero a la hora de la verdad poner en marcha el plan, era difícil, mucho. Empecé a arrastrar los pies, ¿En verdad quería hacer esto? ¡Si, si quería! ¿Entonces a que le temo? No puedo entender por que este miedo no desaparece, me inquieta, hace que me ponga nervioso, y no, no podía estar tartamudeando a la mera hora, quedaría como un estúpido. Solo un par de puertas mas y me encontraría frente a frente con él. Seguí caminando entorpeciendo el paso cada vez que podía, distrayéndome con un papel que se encontraba en el suelo, con una pequeña corcholata la cual comencé a patear ¡Ah! Y huir de un molestoso mosquito que amenazaba por picarme…Gane la batalla, lo aplaste.
–¡Blag! Que asco…–Me limpie la mano con mi pantalón, se había quedado embarrado en ella y era asqueroso. Cuando alce la vista y leí el número de la puerta de la cual estaba justo en frente casi se me para el corazón…Era su habitación, detrás estaba Tom. Me encontraba delante de la puerta, la misma de la que había huido despavoridamente hace unas horas. Cerré los ojos y respire profundo, trataba de no hacer tanto ruido, tampoco quería llamar la atención. ¿Pero que diablos estoy diciendo? ¿No quiero llamar la atención?



¿Entonces como rayos quiero hablar con el? Era patética toda mi cobardía. Pero simplemente seguía pensando… ¡Que coño le iba a decir! Ni siquiera había pensado en eso, no podía llegar solo así y tocar, tenia que decir algo coherente, ¿Pero que? No lo se…Lo que no estaba seguro era en que tenia que decir algo yo precisamente ¿Por qué yo? Si era él quien me había citado, o simplemente toco la puerta y ya, ¡No, no, no! Que ridículo soy. Ni un puto plan B he preparado coño. Esta bien, no importa, ya llegue hasta aquí y no iba a acobardarme de nuevo, ya no mas. Solo lo voy a hacer, tocare la puerta y que pase lo que tenga que pasar. Pose los nudillos en la puerta dispuesto a tocar, de nuevo me encontraba en esta tormentosa situación. Me retracte de inmediato.
– ¿Por qué? ¿Por que no me atrevo? No entiendo a que le temo–De nuevo sentía ese dolor en el estomago, me carcomía, me hacia sentir inseguro, lo odiaba. Pero tampoco iba a echar todo este doloroso esfuerzo al caño, no, no podía hacer eso. Solo tengo que tocar la puerta una vez y ya…Solo eso. Pero mis manos no respondían, ¿Quería hacer esto? Si, si quería, ¿Pero entonces por que se me hace tan difícil? ¡Ya basta de niñerías! ¡Tengo que terminar con esto de una vez!… Voy a hacerlo. Pero ¡Dios! No me atrevía a tocar la puerta…No podía. El cuerpo no me respondía, o mas bien yo no hacia un solo esfuerzo para hacer algo…Era cobarde. Hasta que se me ocurrió otra manera para que me abriera la puerta. 



Saque del bolsillo de mi pantalón el móvil y comencé a teclear desesperadamente…Le enviaría un mensaje.

“Ábreme”

Y lo mande. No había mas que aclarar, si no comprendía el significado del mensaje ese ya seria su problema, si no me abría la puerta entonces seria culpa suya y no mía y yo, me limpio las manos así de fácil. Rápidamente guarde de nuevo el móvil en mi bolsillo y ahora si…La reducida espera era como una bomba de tiempo. Ahora solo lo que tenia que hacer era esperar temeroso a que esa puerta se abriera. Suspire y me recargue a un lado de esta respirando hondo una y otra vez. ¿Pero ahora que? ¿Tenia que hacerme el enojado? ¿O el indignado? ¿Como coño tenia que actuar? No había definido bien eso. Rayos por que es tan difícil…
Un fuerte crujido se oyó a un lado de mi, temblé por inercia, sobresaltándome, haciendo que me incorporara por completo y dirigiera mi vista a unas zapatillas que yo ya había visto varias veces, conforme iba alzando la mirada reconocí esos anchos pantalones que parece ser, aun seguía usando desde la tarde, la camisa también era la misma, no había cambiado en absoluto durante estas horas, nada. Ni siquiera esa fría mirada con la que ahora estaban conectados mis ojos, continuaba siendo la misma…Me miraba profundamente.
– ¿¡Por qué coño no tocaste la puerta!?– ¿Así empezamos? Sin responder a su pregunta, lo ignore. Alce la cabeza con la frente en alto tratando de actuar lo mas seguro posible...



Y pase por su lado sintiendo su pesada mirada sobre mí. Me adentre a la habitación y sin pensármelo dos veces me dirigí directo hacia la cama y con toda la confianza del mundo me senté en ella. No fue por ser grosero, simplemente no sabía que responderle, ni modos que le dijera “No toque por que tenía miedo” ¿Y quedar más patético de lo que soy? No gracias. Mejor dejo las cosas como están. Me quede ahí sentado totalmente callado, solo observando como Tom entraba también cerrando la puerta tras de si. Al instante en el que se volteo, nuestras miradas se encontraron y la conexión que hubo entre nosotros fue tan intensa que nos dejo mudos…El silencio se apodero de nosotros. En otra ocasión hubiera sido agradable estar en esta situación, mirándonos sin decir nada, simplemente admirándonos, pero desafortunadamente hoy no era el día. El silencio era bastante incomodo y Tom parecía una estatua, completamente rígido, callado, con los brazos cruzados y recargado en la pared con el ceño fruncido, solamente clavando su mirada en mi. Yo en cambio, me encontraba sentado, justo frente a el, la tención era tanta que no pude retener mas la mirada, en verdad me intimidaba la forma en que me observaba, no me gustaba.
Podría describir esta escena fácilmente: Tom mirándome, yo viendo mis manos, ambos callados.
Dos minutos después: Tom mirándome, yo viendo los zapatos que se encontraban en el piso junto a mí, ambos callados.



Otro minuto más: Tom mirándome, yo observando la maldita rosa la cual había posado a un lado de mí en la cama, ambos callados ¿Y más tarde que pasaría? Seguramente Tom seguiría mirándome mientras yo me tiraba por la ventana tratando de escapar de esta incomoda situación. ¡No! Era el colmo, yo había venido hasta aquí para solucionar el pequeño problema que bueno, en si era grande y yo en cierta forma había provocado, entonces supongo que tenia que ser yo quien abriera la boca primero. ¡Maldita sea! Era ahora o nunca.
– ¿Sabes que Tom? –Lo mire de nuevo– ¡Ya! Olvida lo que dije ¿Si? No pensé bien las cosas y pues, tu sabes como soy de impulsivo–Joder, no te retractes–Lo siento. Lo mejor hubiera sido quedarme callado. Después de todo, no siempre es malo vivir una mentira–Y tenia que abrir mi bocota de más. ¡Puta madre! ¿Lo dije en voz alta? Por la cara inexpresiva de Tom si. Pude haber continuado recriminándole un sinfín de cosas, todo lo mal que me hizo sentir, pero tenia que guardar la compostura. Tampoco quería parecer la victima en todo esto, creo que desde un principio lo mejor fue quedarme callado. Tom se incorporo un poco y de pronto su mirada cambio a una completamente confundida…Podía ver un signo de interrogación en su rostro.
– ¿Vivir una mentira? Que quieres decir con eso…
–Nada–Sentencie. Baje la mirada sin pensarlo y cerré lo ojos con fuerza. Me estaba metiendo en territorio peligroso del cual tal vez no saldría con vida.



Aparte ¡Que estúpido es! Como si le interesara todo esto, todo lo mío, se perfectamente que solo finge para quedar bien conmigo, no, ya no mas engaños.
–Bill, ¡Mírame!–Sin darme cuenta, ya se encontraba sentado a un lado de mi. Yo le di la espalda, ignorando su presencia que me aturdía demasiado…Era tanta la tención que había. Lo escuche resoplar y cuando menos me lo espere…– ¡Coño Bill!–Paso un brazo frente a mi, me tomo por los hombros y me giro bruscamente quedando frente a frente, a pocos centímetros de su amargado rostro…Estaba enojado– ¡Dime! ¿¡Que quisiste decir con eso!?–Eso me cabreo. Apreté la mandíbula y tome sus manos fuertemente y me solté de su agarre como pude. Azotando sus brazos hacia un lado y lo empuje lo suficiente para que quedara lo más lejos de mí.
– ¡Yo no te importo Tom! ¡Todo este maldito tiempo has estado fingiendo, y es lo que mas me lastima! Que seas tu quien me esta causando este dolor. ¡Te vale madres lo que me pase, eso a ti te da igual!–No pude evitar llevarme la mano al corazón al momento de decir esto ultimo, pero era cierto, lo que mas odiaba era que él fuera la razón de mi sufrimiento. Tom se quedo quieto, en silencio, con el ceño más que fruncido. Era como si estuviera tratando de entender lo que le estaba diciendo ¿Qué acaso hablaba en chino o que? ¿Tenia que ser más especifico?–Si me muriera no te importaría…–Si, tal vez me había pasado, pero era lo que yo sentía, y me dolía mucho eso. 





Tom hizo una mueca con la boca y sin dejar de arrugar la frente, cerró los ojos y negó varias veces con la cabeza.
– ¡Eres un estúpido idiota!–Dio un golpe seco en la cama, lo cual me hizo cerrar los ojos con fuerza, pero rápidamente los abrí ¿Qué le pasaba?– ¡Como demonios te atreves a inculparme de esa forma ¿Eh?! A ver dime, que te he echo para que pienses así de mi, ¿Crees que soy una puta mierda contigo? ¿Eso crees? ¡Dime por que!…–Me quede callado– ¡A ver Bill, contéstame!–Juraría que podía ver fuego en sus ojos– ¡Habla puta madre!–Me mantuve quieto. Varias veces tuve que cerrar los ojos ante el alto volumen de Tom. Pero no podía mostrarme intimidado ante él.
– ¿Qué me has hecho? Muchas cosas que hasta ahora me doy cuenta…
– ¿Así? ¡A ver, dime que!
– ¡Si! Tu me…–Me quede callado. Observe atentamente sus ojos. No podía mirar otra cosa y me puse a pensar… ¿En realidad que me había echo Tom? No podía decirle que me había dañado al rechazarme hace apenas unas horas…Seria ridículo. A parte eso ya no estaba tan definido después de haberlo hablado con Idonia. Yo no lo deje hablar ¿Y si yo estaba equivocado? No, yo tenía razón, y era por eso que estaba aquí, pero aun así ¿Ahora que le diría? No podía salir con esa chorrada. Su atenta mirada me hacia perder la calma, quedando mas mudo que el mismísimo ratón que come lenguas. Tom creo que se dio cuenta de que no tenía nada que recriminarle, ya que me arrebato el turno que me tocaba para hablar.



– Bill, tú me importas mucho, ¿¡Como puedes decir esas cosas si sabes bien que eres lo más importante que tengo!?– Me quede apretando los dientes y desvié su mirada hacia un lado. Eso era el colmo, ¿Cómo podía soltar así de fácil las palabras mas falsas que había escuchado decir en toda su vida? Era egoísta. Trato de sujetar mi mano, pero yo no se lo permití. Ahora si me encontraba muy cabreado.
– ¡Por favor Tom! Ya deja de mentirme ¡Basta!–Me quede callado tratando de calmar mi respiración, estaba agitándome cada vez mas, necesitaba relajarme un poco– Si te importo tanto como dices ¿Entonces por que rayos no saliste a buscarme?–No tardo mucho para que sintiera como mis ojos empezaran a arderme, estaba seguro que Tom podía ver lo rojos que se encontraban. Mis lágrimas estaban deseosas por salir, pero no, no se los iba a permitir. Lo que más odiaba era llorar y aun mas frente a Tom, demostrarle lo débil que era, era lo peor que me podría pasar en este momento. Observe como él abría los ojos de par en par.
– ¿Qué coño dices? ¡Si estuve como loco buscándote por todos lados!
– ¡Por favor Tom, ya deja de mentir…!
– ¡Es cierto! –Se paro de la cama dando un bote y me dio la espalda. Note como apretaba los puños fuertemente, cosa que me altero–Fui a tu habitación pero no te encontré, así que deduje que quizás abrías salido, y te fui a buscar–Se dio la vuelta y de nuevo esa penetrante mirada me recorrió el cuerpo, pero de un momento a otro, cambio drásticamente a una mas relajada.



–Estaba muy preocupado Bill, no aparecías por ningún lado. Se me cruzo por la cabeza que tal vez habías salido del hotel pero al ver el auto estacionado, me deshice de esa idea de inmediato. Resignado me di por vencido y cuando estaba a punto de regresar a la habitación, me percate de un pequeño lugar al que no había revisado…El bar de la estancia– ¡No! Por dios joder…–Dude en entrar, me dije ¿Qué estaría haciendo Bill en un bar? Eso se me hacia ilógico pero algo en cierta manera, me hacia querer entrar. Y así lo hice–Joder ¿Entro al bar? En ese momento trague saliva, tan pesada se me hizo que casi se podía escuchar como resbalaba por mi garganta. Ahora si el miedo me entro de golpe. Me miro con una ceja levantada acompañada de una pequeña sonrisa esbozada en su rostro que me pareció de lo más tétrica…Hora de temblar– ¡Ja! No fue difícil encontrarte, solo me deje guiar por las escandalosas carcajadas provenientes de la barra–Sentí un balde de agua congelada mojándome el cuerpo. ¡Mierda! ¿Carcajadas? En mas de una ocasión recuerdo haber reído pero joder ¿Por que tenia que ser justo esa escena la que contemplara? ¿Pero cuando demonios entro? Ni siquiera me di cuenta de su presencia, jamás me paso por la cabeza que Tom entrara al bar–Yo preocupado por ti y tu…Bien quitado de la pena riéndote como idiota con tu “Amiguito” –Vaya, y tenia que haber entrado justo cuando Idonia no había llegado. Ahora comprendo por que su mal carácter hacia a mi.


Sabia que no era así por que si, ósea eso me hacia pensar que… ¿Estaba celoso? No lo creo.
–Pero…Me hubieras hablado…
– ¿¡Para que!? Seguro no querrías que interrumpiera tu charla–Pateo un zapato que se encontraba a un lado, cerré los ojos al pensar que me caería en la cara, pero solo choco contra la cama– ¿Que más iba a hacer? Me regrese de nuevo, me sentí como un estúpido Bill, en verdad creí que estarías pasando un mal momento y ¿Ya vez lo que me encuentro? A un Bill tan sonriente y vivaracho–Yo ya no podía mirarlo a los ojos, había perdido ese derecho. Me sentía ahora una total porquería, ¿Entonces si se preocupo por mi? Y me lo había demostrado. Quería gritarle a la cara todo lo que había pasado en aquel bar, pero, ¿Me creería? Por supuesto que no, era obvio pensar eso. Si me vio descojonándome de risa, ¿Ahora que se la cambie y le diga que me la pase llorando la mayor parte del tiempo? No se lo tragaría, y seria yo quien quedara como mentiroso. Me quede callado, solo escuchando lo que me decía…Con el corazón encogido–Cuando estuve en mi habitación, no dude en llamarte, si te encontrabas tan feliz entonces no habría ninguna razón por la que me rechazaras la llamada, pero lo hiciste–Rápidamente alce la vista ¿Que dijo? ¿Llamarme…? ¿Entonces era el? ¡No! Era Reiko, si hable con el…Que no me venga con mentiras.
– ¡Eso no es cierto, si el que me marco fue Reiko no tu!
– ¡Te equivocas!–Su voz sonaba cada vez mas grave, se le notaba lo enojado que estaba...



Y eso no ayudaba en nada, pero los dos ya habíamos perdido los estribos desde un principio– ¡Yo te marque dos putas veces y nada que me cogiste el teléfono! Luego llego Reiko y lo deje pasar, entre al baño y cuando salí, me encuentro con la escena de él hablando contigo. ¡Vaya! A el si le coges el teléfono y a mi que me parta un rayo ¿No? Es como si hubieras sabido que no era yo, como si lo hubieras hecho apropósito.
– ¿Pero que dices? ¡No fue así! ¡Si opte por coger el móvil fue por que pensé que eras tu! Yo que necesidad tengo de estar hablado con Reiko si en ese momento te necesitaba a ti coño–Ahora ambos alzábamos la voz lo cual no ayudaba en nada, pero ya era demasiado tarde para calmarse, habíamos comenzado y teníamos que acabarlo. Lo que había dicho se lo había soltado así sin pensar, pero era cierto, yo lo necesitaba y en verdad me dolía estar discutiendo con él– ¡Aparte que mierda hacia Reiko en tu habitación! –Se encogió de hombros.
– ¡No lo se, te estaba buscando!
–Pero si él había salido como es que…
– ¡No lo se y no me interesa, no estamos aquí para hablar de él! ¿Ok? Aparte, si tanto era tu interés por hablar conmigo ¿Entonces por que no contestaste antes mis llamadas? No fue solo una Bill, fueron dos veces las que te llame y en ninguna ocasión cogiste el maldito móvil. Si tanto era tu interés por hablar conmigo ¿¡Entonces por que me evadiste!? ¡Anda dime por que…!



– ¡Por que tenia miedo Tom! ¡Temía que esto pasara, que me gritaras, que me reclamaras, que te enojaras conmigo, por esa maldita razón no quería verte! Y tú tampoco has hecho algo por apartar esa idea de mi cabeza– Me quede con los ojos muy abiertos. Ya, estaba hecho. Se lo había dicho, le había demostrado lo tan cobarde que soy, pero el quería respuestas ¿No? Entonces ahí las tiene. ¿Pero era necesario decirle que le temía? Su semblante cambio por completo, ya no me miraba enojado, ahora lo hacia de forma diferente, como si estuviera procesando lo que le acababa de decir. Después de quedarse un momento mirando al suelo, pensando, callado, levanto la vista y me miro.
–Bill…–El tono tan inocente con el que me llamo, fue lo ultimo que faltaba para perder los estribos– ¿Me temes? –Se acerco un poco más hacia mí, sin apartar su fría mirada en ningún momento de la mía…Me estaba intimidando muchísimo ¿Qué si le temo? Para mi desgraciada fortuna, era cierto. En este momento me sentía inseguro, como desprotegido, no era como en otras ocasiones en las que siempre me siento tan a gusto con Tom. No, esto se sentía diferente.
–Yo, yo no dije eso…
– ¡No, si lo dijiste…!–Sus pasos eran cada vez mas sigilosos, lentamente se iba acercando hasta el borde de la cama en donde yo me encontraba sentado, mi corazón empezó a latir descontrolado mientras el seguía cuestionándome– ¡Dime! ¿Te causo miedo?



– ¡Ya te dije que no Tom, así que déjame en paz, ya no sigas con eso…!–Trataba de lucir lo mas calmado que podía pero se me era imposible, en cierto modo me encontraba completamente en guardia, como si me estuviera preparando por cualquier cosa que estuviera apunto de ocurrir.
– ¡No, ahora me lo aclaras! ¡No me esta gustando nada lo que estas diciendo y mas te vale que me digas la verdad o si no…!
– ¿¡O si no que Tom!? ¡Que me harás!–Me atreví a desafiarle. Que se estuviera comportando de esa manera tan autoritaria y amenazante no me gustaba nada. Y si, lo admito, estaba casi temblando como gelatina, por eso aun no me atrevía a levantarme, pensaba que si lo hacia se me doblarían las piernas de tan temblorosas que estaban. Pero tampoco le iba a demostrar todo el temor que le tenía. De cualquier forma yo confió plenamente en él. No seria capaz de hacerme daño… ¿Entonces por que le temía tanto?
– ¡Bill por dios no empieces…!–Reviro los ojos al mismo tiempo en que decía esto ultimo, lo cual me hizo enojar mas ¿Que acaso piensa que esta tratando con un niño pequeño? Eso me hacia pensar
– ¡Sabes que, ya no quiero seguir hablado contigo!–Sin pensármelo mas y cogiendo todas las fuerzas posibles, me levante de la cama indignado– ¡Yo me largo!–Le solté así sin mas y pase por su lado, ignorándolo.



Estaba cabreado y por alguna razón deseaba salir de ahí lo más rápido que se me fuera posible. Dando una rápida caminata me dirigí hacia la puerta con la mayor intención de irme cuando…

CONTINUARA...






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