Cap 1
Hay veces en las que no me molestaría desaparecer del mundo por un tiempo, no digo que para siempre, solo por un tiempo…
*Ding dong* * Ding dong*
- ¿Hmm…qué pasa? ¡Agh maldito timbre! Bueno alguien más debe estar en casa y abrirá.
*Ding dong* * Ding dong*
- ¿Por Dios que nadie piensa abrir? – me levante de la cama con la cabeza aun adolorida, después de todo había estado en una fiesta con los chicos hasta que perdimos la consciencia, bueno hasta que yo la perdí.
*Ding dong* * Ding dong*
- ¡Sí ya oí! ¡Ya voy, ya voy!
El sonidito del timbre era como un pequeño taladro que se metía por mis oídos para atormentar a mi pobre cerebro. Mientras me encaminaba a la puerta me proponía varias formas de insultar y amedrentar al ser que había interrumpido mi sueño.
- Quién demonios… - no pude terminar mi frase pues un ser de complexión delgada saltó hacia mí en cuanto abrí la puerta.
- ¡Carajo, Tom! ¿Qué no ves que está lloviendo a cantaros y yo afuera mojándome?
Si, ese ser de complexión delgada era mi hermano, el cual ahora me estaba haciendo reventar la cabeza aunque al parecer esa no era su intención.
- Ya, calma Bill, calma…- dije sin mucho ánimo de pelear.
- Bueno y a ti ¿qué te pasa?, parece que te hubiera pasado un camión por encima.
- Pues así me siento, tarado…y tu gritándome como si quisieras matarme de un colapso cerebral. ¿Por qué tú no te ves tan mal como yo?
- Jaja, es obvio hermano. Tú fuiste el único que se perdió en el éxtasis de la fiesta anoche.
- ¿Ah sí? – decidí sentarme pues un minuto más de pie me hubiera convertido en un cadáver.
Bill comenzó a hablar, creo que estaba contándome como terminé en estas condiciones tan deplorables pero mi condición me impedía poner atención, así que me quede dormido en el sofá. Comencé a soñar, soñé que estaba sentado en un lugar obscuro, no podía ver mucho pero me di cuenta de que había una puerta frente a mí. Justo cuando iba a abrirla una voz que venía de mi lado izquierdo me habló.
- ¡Hey Tom deja eso! – susurro la pequeña voz
- Lo siento – me disculpé con el mismo tono que la voz sin dueño, para después preguntarme, ¿por qué demonios me estaba disculpando? Es decir, estaba en un lugar obscuro, con una puerta cerrada y alguien que le hablaba en susurros, era una situación en la que nadie se sentiría cómodo.
- …te amo… - dijo la voz de manera casi inaudible.
Sabía que era un sueño, no tenía ni idea de quién era la voz misteriosa, ni por qué estaba yo en esa situación, pero por alguna razón me sonrojé. Sentí como posó su mano en mi mejilla y me besó tiernamente en los labios. En ese momento llegó a mí una paz inmensa pero por alguna razón desperté.
Al hacerlo me encontré recostado en el mismo sillón que me había sentado para descansar mientras Bill hablaba, pero estaba cubierto con una manta que no recordaba haber tenido, probablemente fue mamá o mi hermano, pensé. Pero mi mente voló rápidamente a mi sueño de nuevo; ese beso, esa mano, esa voz, todo había sido tan…real, sentía como si no hubiese sido solo un sueño.
Me levanté con esfuerzo para dirigirme a mi habitación, subí las escaleras y pasé frente al cuarto de mi gemelo, el cual estaba dormido, llegue hasta mi destino y me tiré sobre la cama. Mi mente repasó aquel sueño como si por hacerlo el rostro de la voz misteriosa fuera a aparecer, pronto me quedé dormido otra vez y mi sueño se repitió…
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