sábado, 29 de mayo de 2010

"Dead promise" By Toxa Cap 109

CAPITULO 109: El encanto de un beso

Los labios de Tom ya ni siquiera me tocaban, pero sabía que estaban cerca de mí al sentir su respiración deslizarse sobre la piel de mi sensible cuello erizándome por completo sintiendo leves toques eléctricos cargados de placer, provocando que me aferrara más a su cadera.
–Ahg…–La palma de su mano continuaba restregándose a sus anchas por encima de mi pantalón, haciendo presión, empujando con fuerza, para excitarme aun más. Invadido de puro gusto, comencé a flexionar las rodillas un poco, de arriba abajo para ayudarle con la exquisita fricción. Cientos de vibraciones se escabullían por mi cuerpo, desfilando una por una…Me electrificaban. Sentía como mi pene temblequeaba y palpitaba cada vez mas, ¡Ya dolía! Y aunque ni yo mismo lo creyera, no faltaba mucho para terminar corriéndome en mi bóxer, aquí y ahora, bajo su mano. Estaba apunto, a escasos segundos y…las caricias cesaron. Su tacto, sus roces, ya no los sentí sobre mí. No proteste, ni siquiera murmure, no podía. De mi boca solo salían insistentes jadeos, como si hubiera hecho demasiada fuerza tal cual como si levantara toneladas en segundos…estaba exhausto. Me mantuve recargado en la pared, con mis manos ahora en sus hombros para evitar desvanecerme, la cabeza la tenia aun hacia atrás, mis ojos continuaban cerrados y apenas podía respirar. Me sentía un poco desorientado, como si mi resistente burbuja se hubiera pochado a causa de una filosa aguja. Mi estado era extraño…Cuando él no me tocaba claramente captaba cuando regresaba a la realidad, despertaba del sueño del cual me había encariñado tanto, en el que estaba todo el tiempo junto a Tom y él junto a mí, de ese dulce sueño el cual me invadía de ganas por volver a la cama cerrar los ojos y perderme de nuevo en la inconsciencia para tenerlo de nuevo a mi lado. Eso me provocaba su falta de atención. Reaparecer en la cruda realidad. Esa vida en donde estoy con Tom, pero aun estando tan cerca de él, teniéndolo solo para mí, me aterra en tan solo pensar en perderlo. Debo admitirlo, me llena de miedo de que quizás en un futuro, lo llegue a sentir del otro lado del mundo…tan lejos de mí. “Basta ya de pensar en esas cosas Bill, el presente es lo que estas viviendo y no veo que Tom se encuentre lejos tuyo…” si, eso es cierto.
–…Ya, respira–Sus manos me tomaron por las mejillas, atrapando mi rostro entre ellas, sosteniendo mi caída cabeza y lentamente fue despegándola de la pared –Respira…
No teniendo otra opción abrí los ojos y otro par frente a mi ya me miraban atentos llenos de luz, escoltados también por una sonrisa…Su sonrisa. Y de nuevo me vi sumergido bajo mi hermoso sueño. Sentía que al cerrar los ojos me extraviaba, perdía la noción de donde me encontraba si no lo veía…Se perdía mi sueño. Por eso siempre al encontrarme con sus ojos al abrir los míos, soñaba de nuevo…Muy bonito. Me había tocado con un simple gesto y de nuevo me sentía suyo. Mi boca entreabierta daba paso a mi respiración que poco a poco se iba aplacando, su pecho se apegaba al mío al respirar y su miembro totalmente erecto se amoldaba con el mío bajo esa tela gruesa. Me remoje los labios resecos y junte mi frente con la suya, perdiéndome en las diminutas perlas de sudor que descansaban debajo de su fina nariz que sin razón alguna no pude evitar lamer. La punta de mi lengua saboreo su piel y lo salado de su sudor, recorriendo cada rincón con pudor, pensando en la infinidad de pececillos del mar que desearían nadar en este, ¡Celosos! Pero yo si tenía esa prioridad. Tom abrió la boca y ese rosado musculo flexible se impacto con la mía acompañada de un suave jadeo para después ir mas profundo hasta encontrarse con mi piercing que lamio y tanteo mientras yo hacia presión contra ella, pero sin permitir que hiciera algo más cerré la boca y con la frente aun unida a la de el, me quede soñando en sus ojos.
–Hum… ¿Por qué…Paras? –Susurre. Tal vez era algo egoísta, quería que siguiera tocándome como lo había hecho, quería llegar a correrme gracias a sus caricias, quería llenar de gemidos la habitación entera a causa de sus roces…seguir disfrutando ¡Yo! Pero… ¿y Tom? ¿Y si él no lo disfrutaba? ¿Y por que yo si lo merecía? Quizás tenía que remediarlo. Quizás…
En respuesta a mi pregunta fue una más que resplandeciente sonrisa, nada más.
– ¿Quieres que acabe pronto? –Sus ojos me miraban brincando de uno a otro con ternura. No podía dejar de admirar el brillo en ellos. Me erice de repente al sentir el beso que dejo sobre mi cuello, y una pequeña brisa reposo en el pequeño caminito de saliva que había dejado al pasar su lengua desde su beso hasta llegar a la comisura de mi labio inferior lamiendo también este lentamente una sola vez.
Me sonroje.

–Yo…–coloque mis brazos alrededor de su espalda y lo abrace fuertemente hundiendo un poco mi cabeza sobre su pecho causando que mi cabello se resbalara por mi frente cubriéndome totalmente el rostro. –…No quiero que acabe nunca.
–Eso es imposible–Me abrazo también y pude escuchar una pequeña risita con gracia estampándose sobre mi cabeza, al mismo tiempo que recargaba su barbilla en esta y apartaba los traviesos cabellos que descansaban en mi cara– Ósea que ¿Quieres permanecer el resto de tus días conmigo en la cama? ¿Eh?
–No bobo, no me refería a eso. Hablo de esto– Levante un poco el rostro y le di un pequeño beso en los labios que lo tomo por sorpresa. Me di cuenta por sus ojos ya que los mantuvo abiertos al igual que yo. Me separe solo unos pocos centímetros de su rostro, chocando nuestras narices mirándonos fijamente– ¿Entiendes? Me refiero a nosotros. No quiero que te apartes de mi lado jamás. Quiero tenerte para mí todos los días, quiero despertar con una sonrisa cada mañana al verte durmiendo a un lado mío. Así es como quiero vivir siempre Tom, feliz contigo de la mano…–La forma en que me miro era indescifrable, se me era imposible poder adivinar que era lo que pasaba por su mente en este momento. Era como estar frente a una pared. Se quedo callado sin decir nada por un instante penetrándome con la mirada en blanco…Me sentía avergonzado quizás no era el momento adecuado para decirle esto, bueno, yo no lo sabría.

Baje la cabeza un poco desviando la mirada de la suya pero más tarde en hacer eso que Tom en reaccionar y tomarme el rostro para que lo mirara de nuevo.
–Mírame…Así será Bill, por siempre hasta el final nuestras manos vivirán entrelazadas…Te lo prometo–Me dio un dulce beso en la frente cerrando los ojos con fuerza. Sus manos fueron descendiendo de mi rostro hasta mi cuello, de ahí a mis hombros y sin dejar de acariciar mi piel continuó bajando mientras yo me deshacía en suspiros de satisfacción.
Me encantaba–Me gustas– Sonreí y me mordí el labio tanto por un poco de vergüenza y otra parte por desconfianza, poca, pero había. Que se estuviera comportando meloso de un rato a otro no era del todo de Tom, y no debía de fiarme mucho de eso ¿O si?
– ¿Mucho? –Acaricie su nariz con la mía y lo mismo hizo el.
–Demasiado– ¿Hubo algún problema entre nosotros hace un rato? Pues que alguien me aclare cual porque ahora parecía que no había pasado nada, mi mente trataba de olvidar toda la pelea y la causa de esta…Y lo estaba consiguiendo, quería y deseaba olvidarla aunque sea por un rato, y Tom vaya que ayudaba en hacerlo. No había ubicado bien el lugar en donde se habían alojado sus manos hasta que apretó con fuerza mi trasero y pego su pelvis contra mi.
–Ah–Desorbite un poco los ojos y un jadeo de Tom llego hasta mis tímpanos ¡Bendita música para mi! Junto sus labios a los míos, presionando suavecito, no tardo mas de dos segundos y se separo.

Mi mirada, que estaba perdida en su boca, se conecto con sus ojos y ahí pude ver claramente lo que en un principio había pero no me di cuenta antes… ¡Fuego! Sus ojos ardían, la poca luz que emitía la lámpara los opacaron mas y los convirtieron en un color mas oscuro, el café de estos parecían rozar el naranja de una flama y el brillo que se infiltro en ellos era la llama que los encendían…Me quemo el cuerpo entero. De ahí supe lo que quería cuando me rodeo la cadera y sus largos dedos comenzaron a imitar el paso de una araña que recorría los costados de mi cintura hasta llegar a la parte delantera de mi pantalón… ¡El fuego me seguía quemando! La poca distancia que había entre nosotros no era tan intimidante como para dejar de mirar atentamente sus ojos, al parecer también a el le valía puesto que para lo único que sus pupilas se movían eran para observar alternativamente las mías. Comencé a respirar audiblemente, volviéndome aun más sensible a su tacto que casi podía escuchar el roce de su piel contra la mía. Sus dedos tanteándome el vientre se deslizaron un poco mas abajo, tomando el frente de mi pantalón, adueñándose del borde. Note sus labios contraerse hacia adentro cuando los remojo con su saliva, me vi obligado a imitar su gesto casi por inercia observando como su mirada se plantaba en mis labios aumentando ese fuego cegador. De pronto, mi vista tuvo que ser desviada hacia abajo cuando sentí un pequeño jaloncito proveniente de la orilla de mi prenda.

Un sudor frio comenzó a descender de mi cuello hasta mi pecho y mi respiración comenzó a acelerarse, mire de nuevo a Tom, quien lamia su piercing insistentemente, sin apartar su mirada de mí.
–Tom, espera…
–Shhh…–Sello mis labios con el roce de los suyos al sisearme, una distancia tentativamente cerca como para devorarle la boca en un santiamén, pero estaba tan distraído pensando en la realidad para hacerlo. Otro jaloncito bajó un centímetro mi pantalón…Comencé a desesperarme.
Sus “agiles” manos sujetaban y desenredaban con una lentitud aniquiladora las agujetas que sostenían mi pantalón en su lugar, sin quitarme la vista de encima ni yo de el ¡Conectados! Estaba completamente fija en mis ojos, sus pupilas dilatadas me transmitieron de repente una tranquilidad muy cómoda que me embobe por completo en ellas, olvidándome de algunos que otros movimientos y jalones que emitía al tratar de desabrocharme la prenda sin mirarla. Mi pecho seguía inflándose cada vez mas, expulsando el aire por la nariz…Audiblemente. Me había quedado hipnotizado como cuando miras los amarillos ojos de una serpiente o los de un siniestro gato, hasta que una diminuta sonrisa de satisfacción apareció en su rostro cuando termino de “Desabrocharlas”. Comencé a reaccionar de nuevo, mirando mi situación y como pude trate de no temblar, no quería temblar otra vez y que note lo nervioso que comenzaba a ponerme, pero fue inevitable hacerlo cuando empezó a bajármelos y para mi mayor sorpresa junto con el bóxer.

–Tom, no…–Murmure, pero demasiado tarde para recriminar algo. La tela de mis prendas eran demasiado holgadas y sin el soporte de la condenada agujeta, en un abrir y cerrar de ojos me vi desnudo de cuerpo entero y con lo que me quedaba de ropa tendida en el suelo, atorada en mis tobillos. ¡Joder! Tuve que desviar la cara al sentirme tontamente avergonzado, era estúpido a este extremo sentir pena, pero al notar la mirada de Tom penetrándome hasta los huesos y especialmente entre mi entrepierna, me puse acojonado.
–Bill…–Una de sus manos que se había posado en mi cintura, me tomo por la barbilla y giro mi rostro de nuevo frente a el– ¿Qué pasa? – ¿Era tan obvio? Según yo hice todo lo posible para que no notara nada raro en mí…Pero olvide por completo que Tom sabe leerme la mirada y quizás ya se había dado cuenta de mi situación… ¡Mi maldita inseguridad!
–No, nada–Mentí. Tomando impulso de sus hombros me acerque a el y le bese la mejilla, sus brazos me rodearon la espalda mientras repartía cálidos besos por mi cuello.
– ¿Seguro?–“Recuerdos muy claros invadían mi mente al igual que las sensaciones. Nervios, vergüenza, inseguridad y peor aun…Miedo.”
–Aja, estoy bien… ¿Y tu? ¿Estas bien? –Le cambie el rumbo a esta pequeña charla, solo para tratar de persuadirlo y evitar que me siguiera interrogando, no tenia ganas de sincerarme ahora, así que llevando la contraria trate de lucir lo mas seguro que podía.

–De maravilla–Sentencio. Y tras esa afirmación sonrió al igual que yo, aunque de mi parte un poco obligado, pero aun así no iba a dejar caerme desde a estas alturas así que dos segundos después mi boca ya estaba unida con la suya emprendiendo otra guerra de lenguas de las cuales ambas ansiaban ser las ganadoras.
–Hum…–Mi pene estaba mas sensible que nunca, ahora podía sentir mucho mas al rozarme con la gruesa mezclilla del pantalón de Tom el cual estaba igual que una casa de campaña. Le sobaba la espalda y le acariciaba el pecho mientras seguíamos fundiéndonos en el mismo beso. Su piercing me acariciaba la comisura del labio cada vez que el los abría y cerraba sobre los míos. Abrí los ojos por un momento cuando cogí aire y los volví a cerrar, pero de nuevo los volví a abrir rápidamente cuando algo no paso desapercibido para mi confusa vista. Tom me miraba, tenia los ojos abiertos el muy descarado mientras me comía la boca ¿Desde cuando? Vaya a saber dios. Trate de mirarlo también aunque no con mucho éxito ya que estaba demasiado cerca y tratando de concentrarme en verlo directamente a los ojos entorpecí el beso cuando comencé a reírme con algo de timidez, o bueno, eso trate ya que el contacto de mi piel restregarse en él me dejaba casi sin respiración. Tom también sonrió–No…Me mires al besarme.
–Me encanta mirarte cuando me besas…–Curvo sus labios hacia afuera y se acerco poquito, instándome a que lo besara de nuevo

Sonreí y así lo hice, le di un beso casto sin apartar la vista de sus ojos y el hizo lo mismo. Sonreímos aun más.
–Tom, no lo hagas.
– ¿Por qué no? –Ladeo la cabeza, inocente.
–Porque…Porque rompes el encanto del beso, por eso–No quería imaginar el color que habían tomado mis mejillas al sentirlas arder. No me gustaba ser cursi con el, pero si quería saber mi opinión ¿Para que mentir? El con la misma sonrisa negó con la cabeza.
–Todo lo contrario…–Un mechón de cabello rebelde yaciendo en mi rostro fue colocado tras mi oreja–Me dejas encantado cada cuando te miro con los ojos cerrados sumamente concentrado, relajado, moviendo tus labios sobre los míos, sintiéndome con lentitud, buscando mi lengua para estimularla con ese sexy piercing que tienes, ver como se encoje tu nariz cada vez que aspiras aire y observar como sonríes cuando el beso te gusta. Todo eso es lo que me gusta ver…Ver el verdadero encanto de un beso– ¿Tenia que aclarar la infinita ternura y felicidad que me causo escuchar eso?
Fue inevitable quedarme serio de golpe, pero no porque me haya enojado, al contrario, una extensa felicidad me envolvió el cuerpo que, inevitablemente, logre sentir como miles de mariposas revoloteaban en mi estomago a sus anchas, esas jodidas y conocidas mariposas que aparecen en el estomago cuando te sientes…Si, estoy enamorado. Baje la cabeza un poco avergonzado, comenzando a sonreír tontamente.

–Y… ¿Siempre lo haces, me observas? –Pregunte dudoso mientras me distraía haciendo pequeños círculos con el dedo en su pecho.
–Lo he hecho varias veces–Alce la cabeza con las cejas levantadas y reprimiendo una sonrisa ¡Vaya confesión! Y yo ni enterado. Ni se inmuto en pensar la respuesta– ¿Te molesta que lo haga? – ¿Me molesta?
–Mmmh no, es…Lindo, pero es que…
– Dime–Insistió.
–Es extraño también…Me refiero a que…Bueno…Me da pena–No pude evitar que la sangre subiera hasta mis mejillas hasta hacerlas un tono mas rojizo. Estaba muy apenado.
–Si te molesta ya no lo hare.
– ¡Ja! Aunque jures no hacerlo lo harás, te conozco.
– ¿No confías en mi? –Preferí no contestar eso, así que lo único que pude hacer fue acercarme a él sin distraerme en otra cosa que no fueran sus ojos para tratar de intimidarlo un poco. Y como me lo esperaba, ni se inmuto en cerrarlos aun sabiendo que mi intención era besarlo.
–Por si las dudas…–Le tape los ojos con una mano, cerré los míos y lo bese, sintiendo como sonreía ante mi gesto pero eso no le impidió corresponderme como se debe.
Unas de sus manos la llevo a mi nuca apretujándome mas hacia el, colando su lengua casi hasta rozar mi garganta. Yo, simplemente dejándome llevar, fui apartando mi mano de sus ojos, descendiendo lentamente, acariciándole el rostro y dejándola en su mejilla. Me sobo la espalda con los nudillos haciendo círculos por todos lados, masajeando mi piel perlada de un sudor frio y estimulándola aun más si se podía.

Y de nuevo, su torneado cuerpo fue empujando el mío, yo ya estaba totalmente pegado a la pared así que lo único que hacia era aplastarme, pegándose más a mí, aprisionándome entre él y la pared. Sus labios danzaban sobre los míos primero con lentitud, pero mientras los segundos pasaban y nuestras manos continuaban perdiéndose en cada rincón de nuestros cuerpos, tocándonos y acariciándonos con casi desesperación, sintiendo el roce del otro sobre puntos sensibles al tacto, nuestras caricias y besos fueron aumentando de ritmo casi rozando la agresividad. Movía la cabeza profundizando el beso y yo le seguía, sin importarnos siquiera aquel hilillo de saliva que escurría de nuestras bocas constantemente, terminábamos lamiéndolo cualquiera de los dos. El aire que expulsaba Tom por la nariz se impactaba con fuerza sobre mi rostro, casi logrando estremecerme también por uno que otro jadeo que se le escapaba. Lo único que se podía escuchar en la habitación era lo húmedo de nuestros besos, los jadeos y suspiros que olvidábamos controlar. Mientras una de sus manos me acariciaba insistentemente la estrella tatuada aun lado de mi pelvis, la otra logro perderse entre mi cabello, tomándolo y cerrando el puño, acorralando unos cuantos mechones de pelo. Yo me entretenía rasguñando levemente la piel de su espalda, pecho y su cuello, tomando debes en cuando una que otra rasta que se me atravesaba en el camino y se la untaba con fuerza, dándole sensaciones que parecía gustarle.

Hubo un punto en donde, sintiendo los roces y saboreando la saliva de Tom, perdí completamente la noción de la realidad y sin darme cuenta, mi pecho fue comprimiéndose mas y mas hasta que caí en la cuenta de que necesitaba aspirar el aire que mi gemelo me había robado. Al parecer no fui el único que cayo en un sueño ya que Tom, afianzándose del agarre de mi cabello, me jalo con cuidado y me aparto de el. Lo primero que hicimos fue respirar como si acabábamos de salir del agua después de quedarnos sin aire. Yo aun tenía los ojos cerrados y la cabeza agachada, mi mano que descansaba en su pecho lograba sentir los latidos acelerados de su Blando-Duro corazón. Tratando de coger aire, sonreí y lo mire, su rostro contraído por una leve sonrisa me animo a ensanchar la mía aun mas, sintiendo como masajeaba mi cuero cabelludo, tal vez pensando en que me había lastimado por el jalón, pero no fue así. Su mirada viajo por todo mi cuerpo mientras se relamía los labios, escaneándome de la cabeza a los pies sonriendo con picardía al final.
–Abre las piernas–Ordeno con tono dominante. Alce las cejas y mi rostro ardió por aquel atrevido comentario.
– ¿Para que…? – ¿Y todavía me atrevía a preguntar? Era lógico y lo supe por el gesto de obviedad en Tom. La ceja que levanto recalcaba una pregunta demasiado innecesaria “¿Hablas en serio?”
–Ábrelas o te las abro yo–Poso sus grandes manos por los lados de mi cadera, dirigiéndolas hacia abajo y haciendo amago de ir por mis muslos...

Entrecerré los ojos y automáticamente las abrí un poco. Lo que me hizo volver a abrirlos fue el fuerte pisotón que dio en el suelo, o más bien que dio entre mis piernas, aplastando el pantalón que seguía enredado entre mis tobillos. Baje la cabeza ruborizándome aun más al ver lo empalmado que estaba pero esquivando ese “Pequeño detalle”, rápido capte lo que andaba insinuando.
–Oh, ya veo…
–Álzalas–Con un simple movimiento de cabeza me insto a que lo hiciera. Me apoye de sus hombros y asentí levantando una pierna y luego la otra hasta lograr deshacerme por completo del pantalón, el bóxer y las horribles pantuflas que aun tenia, patee todo hacia aun lado. Y yo inocente, pensando que solo era eso lo que él quería, baje la guardia por un segundo…Un segundo en el que me costo un agonizante y placentero dolor acompañado de un gemido que ni yo mismo me esperaba.
– ¡Aahh! Joderrr…–Eche la cabeza hacia atrás y di un golpe seco en la pared con el puño cerrado. La rodilla de Tom fue a parar directamente en mi entrepierna, estampándola ahí apropósito casi con fuerza, casi. Pero mi miembro ya era demasiado sensible a cualquier roce y esto fue la perdición total, pero mas cuando tomo mis manos y las entrelazo con las suyas para colocarlas a los lados de mi cabeza impidiéndome moverlas y aprovechando mi debilidad, restregó la rodilla aun mas formando círculos sobre todo lo que podía abarcar, a lo largo y ancho de mi pelvis.

–Oh…Umm.. –Me mordí el labio inferior para intentar callar los berridos que comenzaba a soltar y arquee la espalda con el pecho bajando y subiendo demasiado rápido.
–No te muerdas…Quiero escucharte–Cuando se acerco a lamerme la boca empujo mas la puta rodilla que me hizo ver casi negro.
–Aahh…Aah…–Comencé a gemir y al escucharme me escandalice un poco, pero no tenia intención de callarme. Me gustaba lo que me estaba haciendo y tenía que desahogarme. Apreté sus manos fuerte y por insisto me quede con la boca entreabierta, concediendo su petición, valiéndome madres si me escuchaba o no–Hmm…Ahg–Varios segundos mas bastaron para que comenzara a expulsar el pre semen que humedecía mi punta, dejando un pequeño rastro en el pantalón de Tom, que de un momento a otro, su rodilla dejo de restregarse en mi miembro para descender hasta colarse por debajo de mi entrepierna, quedando yo montado en ella. Me fue soltando las manos y estas cayeron flácidas por los costados de mi cuerpo. Baje la cabeza y abrí un poco mas las piernas de modo que quedé sentado y por puro instinto me aferre a su cintura y comencé a moverme sobre su pierna. Tom tenía los brazos apoyados en la pared mientras su vista se perdía en lo bajo de mi cuerpo, deleitándose con los movimientos de mi cadera que se impulsaba hacia adelante y hacia atrás.
–Muévete mas…–Alce la vista sin perderme detalle de cómo su mirada permanecía fija en la escena, agonizando su gesto.

Desorbite los ojos, abrí un poco la boca y comencé a acelerar el ritmo de mis movimientos cada vez más, estimulándome sin parar ni un momento y menos aun cuando Tom comenzó a acariciarme el vientre con las uñas y las yemas de sus dedos, estremeciéndome por el pequeño cosquilleo que me daba, me encorve un poco.
–Aah…Aah…–Mientras mas me movía, mientras mas sentía a Tom tocándome, mi pene demasiado duro comenzó a dolerme y comencé a sentir lo que apaciguaría mi dolor–Tom…Me voy, me voy–Murmure sin respiración agarrándome mas de su cintura pero…
–Ah, no…–En ese momento fui interrumpido al ser tomado de los hombros y enderezado hasta topar con la pared. La pierna con la que me estimulaba, fue retirada y sin reaccionar aun, quise llevarme una mano para terminar de una buena vez pero me la aparto.
– ¡Tom! –Note algunas gotas escurrirse de la punta hasta impactarse con el suelo. Yo estaba exhausto y necesitaba acabar como se debe– ¿Qué haces…?
–Vas a correrte cuando yo lo diga, y ahora no es el momento.
– ¡No jodas!…Necesito acabar–Fruncí el ceño e intente zafar el brazo del cual me tenia agarrado de la muñeca pero no hice mas que zangolotearlo a el también, lo único que me quedo hacer fue juntar las piernas, apretándolas.
– ¿Necesitas? –Un jadeo se escapo de mis labios cuando el muy insensible comenzó a rebotar mi miembro con la punta de sus dedos, tentando el impulso que me comía vivo de bajar la mano y pajearme hasta acabar con esto de una vez.

–Hum…s-si, lo necesito–Y una sonrisa repleta de malicia resalto en su rostro, mostrándome sus blancos dientes mientras tocaba con la lengua unos de sus apenas notorios colmillos que ayudaban a esa sonrisa a darle ese toque siniestro. Se relamió los labios y casi juntándolos con los míos susurro.
–Pues te vas a correr, pero solo de la manera que a mí me gusta–Me tomo de las muñecas y coloco mis brazos en sus hombros, yo desorbite los ojos y los deje ahí.
–Eres…Un maldito cabronazo.
–Eh, eh, eh, no te atrevas a bajar los brazos, no quiero que te toques–Mascullo sobre mi oído, acariciando mi cabello con su nariz, mi rostro mostrando un pequeño puchero debatido entre enojo y dolor le dio a entender que obedecería a la fuerza. Captando a Tom por mi hombro, ladee la cabeza y sentí sus labios presionar sobre mi cuello, su piercing rozar con mi piel y su lengua mojándola. Uno de sus brazos me tomaba por la cintura, envolviéndola y la otra acariciando mi negro cabello mientras que yo ahora recargaba mi cabeza en la suya sintiendo su pecho pegarse al mío y mi pene temblequear cada vez que rosaba con su pantalón. De pronto su rostro fue acariciando el mío cuando paso por mi lado, quedando frente a frente. Su respiración era un poco irregular al igual que la mía.
–Chúpalos–Coloco dos dedos sobre mis labios, yo los mire incrédulo al igual a Tom que me instaba a que lo hiciera acariciándolos.

“Y olvidándome de los nervios, recuerdos, sensaciones y miedos”, inconscientemente cerré los parpados con lentitud y sin protestar ni nada, esbocé una diminuta sonrisa y lamí la punta de sus dedos varias veces. Tom respiraba con la boca, observándome en silencio y yo insatisfecho con las simples lamidas llegue a morderlo hasta tomarme la confianza de tomar su mano y llevarme el primer dedo que tome a la boca para chuparlo a mi gusto. Lo metía y sacaba constantemente de mi boca cubriéndolo con mi lengua que parecía adoptar los movimientos de una serpiente la cual ahora se concentraba en atrapar su dedo medio y anular, saboreándolos y sintiéndolos húmedos por mi saliva cada vez que me los comía. Fui abriendo los parpados pasivamente y la imagen deleitada de Tom, su vista enfocada en sus dedos que desaparecían y aparecían de entre mis labios y ver como se mordía el labio sin perderse detalle de mi trabajo, me motivo a mirarle a los ojos y seguir succionándolos a ritmo sabiendo lo que imaginaba que mi boca podría hacer.
–Dios, que boquita tienes–Fue sacando sus dedos de mi boca mientras algunos rastros de saliva se escurrían de mis labios al darles un ultimo lengüetazo por puro gusto ya que estos estaban completamente empapados que hasta podía ver como mi saliva chorreaba a gotas de sus dedos.
–Y sabes que puedo hacer mucho más…
–Si, lo se–Saque mi piercing a relucir de entre mis dientes y lo pasee por mis labios de un lado a otro…Y esto fue la gota que derramo el vaso.

Me vi envuelto entre sus brazos y yo le rodee el cuello con los míos mientras nuestras bocas se hacían una sola reconociéndose nuevamente, sintiendo sus brazos bajar lentamente por mis costados hasta topar con mi cintura y su mano derecha bajar hasta mi trasero, atravesando una invisible barrera que lo llevo a colocar un dedo en mi entrada y presionar hasta hacerlo entrar.
– ¡Aah! –Rompí el beso y gemí contra sus labios a tal sensación. Aspire con la nariz logrando inflar mi pecho para después soltar el aire muy despacio, ese aire vital que me faltaba en ese momento. Sentí sus labios posarse en mi frente, cálidos y húmedos y levante la vista, plantando mis ojos en los suyos brillosos que me veían sin perderse detalle de mis expresiones al notar su dedo moviéndose a sus anchas dentro de mi sintiendo lo mojado de mi saliva llegar hasta esa parte tan intima de mi cuerpo.
– ¿Te gusta? –Mi aliento se mezclaba con su respiración, acariciando el rostro de Tom con leves suspiros ahogados.
–Si…Continua.
–Era lo que quería oír…– Sin apartar su vista de mí, saco un poco el dedo del agujero que tanto le gustaba hurgar pero de nuevo volvió a penetrarme despacio, ahora con dos dedos. Temblequee la boca hasta dejarla abierta sin emitir ni un sonido y fruncí el ceño mientras me concentraba en solo mirar sus pupilas, sintiéndome protegido. Deslice mis manos a sus hombros y el comenzó a mover los dedos, primero lento pero después fue acelerando el ritmo.

Abrí de nuevo las piernas para facilitar la lubricación y Tom no desaprovecho la oportunidad y empujo con saña hasta meterlos mas a fondo arrebatándome un jadeo muy expresivo dándole el lujo a Tom de sonreír al escucharme. Pestañe varias veces para evitar que mis ojos se aguasen al sentir un ligero dolor incomodo rodear mi entrada, cosa que supuse que pasaría desde un principio, pero aun así no deseaba que se detuviera…Quería mas. Sus dedos seguían rozando mi cavidad al expandirlos o formar círculos con estos.
–Ahg!..Ya…
–Shhh…Shhh…Relájate…– Mi rostro contraído de dolor insto a Tom a sisearme varias veces para tratar de calmarme. Yo simplemente permanecía aislado en su oscura mirada, con la boca entreabierta pero tratando de reprimir los suspiros y jadeos que se escabullían de mi garganta hasta topar con sus oídos, pero sin mucho éxito, ya que al aferrarse a mi cintura metió el tercer dedo con brusquedad hasta lograr arrancarme un gemido ronco.
– ¡Aahhg!–Ahí no pude mantenerle la mirada. Apreté los ojos con fuerza y me aferre a su ancha espalda, recostando mi mejilla sobre su hombro.
–Shh…Shh…Shh…Tranquilo que no es nada–Y tenía razón. Esto apenas eran simples dedos, cosa que no tenía comparación con el miembro excitado de Tom, pero aun así no podía evitar lloriquear al sentirlos tan profundo, entrando y saliendo deprisa, expandiéndose dentro de mi contra mi carente estrecha piel.

Sus dedos eran largos y un tanto anchos así que sentirlos explorar así mi entrada era un tormento deliciosamente doloroso y placentero, aun aunque antes ya me haya preparado en varias ocasiones, no justifica que la primer sensación es la mas difícil, duele y no importa lo acostumbrada que este mi cavidad a recibir a un intruso muy conocido dentro de ella, es innegable no sentir eso a la primera de muchas penetraciones, pero aun ante eso, ese dolor inspira a querer recibir mas y mas…Como ahora yo lo deseo.
–No pares…Dame mas.
–Eres un pervertido–Musito contra mi oído tomándome por la espalda baja casi al comienzo de mi trasero para darse impulso a sacar sorpresivamente sus dedos de mi, haciéndome jadear y dejándome con una leve sensación de vacio…Pero no por mucho tiempo. Escuche claramente aun lado de mi cabeza como escupía repetitivamente, me imagine en un segundo cual era el blanco de su saliva. Yo aun estaba recostado sobre su hombro, con el rostro mirando hacia el lado contrario del suyo, abrazándome a su espalda sin pensar en la pequeña posibilidad de soltarlo, agarrando fuerzas al imaginarme lo que vendría a continuación…Y no me equivoque.
–Umm…Ah…Aahh–Sus tres bañados dedos resbalaron dentro de mí que no veas, entraron de golpe, penetrándome fuerte. Enterré mis uñas en su piel, casi colgándome de el como un koala ciego, pues que mis ojos continuaban cerrados que ya podía sentir como vibraban al tenerlos apretados.

El, como un niño pequeño, jugaba dentro de mi a su puro gusto, haciéndome llegar a pensar que era él el que mas disfrutaba esto que yo. Sus dedos se movían con suaves y febriles sacudidas, expandiéndolos y cerrándolos mientras los metía y los sacaba…Con los ojos cerrados podía imaginarme la escena como si la estuviera viendo directamente en una película porno, mirando como entraban y salían de mí junto con el expresivo y morboso gesto de Tom al disfrutarlo también.
–Me pones mucho Bill…–Hundió su rostro entre el hueco de mi cuello y hombro para morderlo, descargando la adrenalina que en un segundo me transmitió cuando me ericé al sentir su respiración caliente pegar con mi piel sudada. Le mordí el hombro débilmente, dejando mi boca ahí pegada para poder descargarme de las embestidas que se negaban a detenerse. En un abrir y cerrar de ojos comencé a hiperventilar aun mas al sentirme completamente dilatado, mi corazón bombeaba demasiado rápido que creía que se me escaparía por la boca, ahora las sensaciones eran mucho mas placenteras dejando atrás el agudo dolor para hacerme disfrutar mas y dando la bienvenida a cientos de corrientes eléctricas que recorrían mi columna logrando shockear a mil todos mis sentidos.
– ¡Oh! Mierda…Aah…–Me pegue mas a el y mi frente la pose sobre su cuello, entre abrí la boca expulsando el aire que me sobraba y sentí una febril sacudida en mi virilidad...

Avisándome que ya no podía aguantar ni un minuto mas ante sus “Caricias” y ese empeño en hacerme disfrutar a lo grande. Fruncí el ceño sin abrir los ojos, haciendo muecas, escuchando atento los sonidos húmedos de la preparación, su mano acariciar mi muslo, y mi respiración agitada, notando las pequeñas lucecitas blancas que comenzaban a empañarme la vista por el interior de mis parpados, sintiendo escalofríos, más…Más…Y más– ¡Ah! Oh Tom…–Y sin mas…Me corrí, explote. Expulse los fluidos que me oprimían desde hace rato, sintiéndome débil, cansado pero con una extensa sensación de gozo apoderarse de cada rincón de mi cuerpo…Entre a un clímax total, un orgasmo corrió sin correa por mi ser, trasladándome por un momento a un sitio eternamente placentero…Un lujo de sensación. Dejando de lado la leve incomodes de sentirme húmedo y el hecho de que me había corrido sobre mi hermano mayor, lleve una mano hacia mi entrepierna y la masajee despacio, desechando los últimos residuos que debieron ser expulsados desde hace rato si no fuera por la inoportuna condena de Tom, su jueguito de “Yo digo y tu obedeces”…Obedecí y me gusto.
Mis ojos ya relajados y mi brazo flojo enrollado sobre su hombro, comenzaron a abrirse y desengancharse, aun respiraba con la boca entreabierta y mi aliento que empotraba contra su piel la había vuelto más cálida por lo que comencé a sentir un pequeño bochorno al estar pegado a su cuello y el sudor embonándome la frente...

sintiendo dos que tres mechones de pelo acoplarse a ella, sintiendo sus rastas acariciar mi rostro algunas veces–Humm…–Sus dedos aun seguían dentro de mi solo que inertes, estaban ahí pero no se movían. Comencé a levantar mí pesada cabeza casi sin querer hacerlo, desorbitando la mirada hacia abajo y percatándome del pequeño desastre que había hecho, o mejor dicho, que le había hecho…Mi cara ardió de vergüenza–Lo siento, te he manchado…–Toda la parte superior del pantalón y la de las piernas, las había manchando con mi semilla, y vaya que era un tanto, por lo que dudo mucho que se pueda quitar así de fácil…Seguro me estrangulara tras estropear su gigantesco y amado pantalón…– Uhg…–Sus dedos fueron retirados de mi cavidad, dejándome con un vacio inconfortable pero no podía quejarme. Levante la cara despacio y un inexpresiva curva en sus labios fue lo primero que captaron mis pupilas.
– No pasa nada.
–Pero eso es una enorme mancha…–Mi nuez bajo y subió al tragar saliva–No creo que salga fácil, en realidad no creo que se quite–Me mordí el labio y arquee las cejas hacia el centro de mi frente. Con que lo haya hecho enojar de nuevo… Tom desvió la cara hacia un lado, resoplando un poco harto, devolviéndome después la mirada.
–Me vale una puta madre el pantalón. Te he hecho disfrutar y eso es lo único que me importa ahora…Hacer que mi Bill sienta lo que quiere y se merece, nada mas–Mi Bill… ¡Mi Bill!…Suyo. Si en verdad supiera cuanto valen para mí esas dos simpes palabras.

Esboce una sonrisa de lo mas sincera, común y corriente, pero sincera y me encargue de acariciar sus mejillas ruborizadas por el calor que se concentraba en nuestros cuerpos.
–Pues lo has conseguido…–Musite y con los labios ya entreabiertos lo bese y me separe casi al instante con un sonido mojado, el ya me miraba, ni siquiera note si había cerrado los ojos o no cuando lo bese, de tanto preocuparme y sonrojarme con eso quizás y se me de imitarlo inconscientemente. Me miraba serio, con las cejas un poco contraídas, pero sabia que no estaba enojado o malhumorado, ese gesto lo reconocía al verlo en varias ocasiones…Como cuando observa atento algo que le parece interesante, algo poco entendible. O cuando mira una película, no importa el género, captando cada tema de esta hasta agarrarle el hilo, ya de ahí se la pasaba sonriendo y descifrando lo que pasara durante el trayecto de la peli. O como en este caso, no se esperaba que le hubiera agradecido el favor indirectamente. Pero no acabaría ahí…–Ahora debo recompensarte por eso…–Acaricie sus brazos mucho mas fuertes que los míos, masajeándolos a lo largo, tanteándome la comisura del labio con la lengua…Provocativo.
– ¿Oh, si? y como vas a hacerlo…–Alce las cejas y sonreí mirándolo con picardía, el imito mi sonrisa y desvió la cara por un momento mientras repasaba sus labios con sus dientes, mirándome después con la cabeza ladeada tratando de reprimir esa tímida y provocativa sonrisa…

Sabia perfectamente de lo que hablaba, no era necesario hablar de mas para entendernos, simple conexión. No conteste a su pregunta. En cambio repase mis manos de sus bíceps a su pecho, estremeciéndolo con las uñas, tocándolo y recibiendo a cambio uno que otro suspiro. Con los ojos cerrados me acerque a su cuello y deposite un beso, luego dos, tres y varios mas, recorriendo hacia abajo mi sedienta boca hasta llegar a uno de sus pectorales el cual continúe besando y recorriéndole el pecho por todas partes, chupando y saboreando el sudor salado que cubría su piel. Sus brazos estaban sueltos por sus costados, relajándose después de estar aferrado a mi todo este tiempo. Yo continúe succionando, dejando leves moratones y rastros de saliva a mi paso mientras continuaba bajando. En un segundo sentí una mano amoldarse en mi cabeza, empujando despacio, instándome a bajar mas…No me importo. Me apoye con las manos a los lados de su cadera y estando ya de cuclillas, me cercioré de que me estuviera mirando…Y en efecto así era. Tenía la cabeza un poco levantada, pero su vista clavada en mí, esa sonrisa de lado marcaba bien sus pensamientos. Sin dejar de observarlo, le di un lengüetazo a ese ombligo que pedía un poco de atención, lo saboree por dentro y el contorno de este. Su estomago se contrajo al instante–Ah…Bill…–Su gemido ahogado resoplo por la habitación, su rostro era todo un poema–No te limitas de nada ¿verdad? Coño vas a hacer que me desvanezca…

–Tomi…–Lo interrumpí. El alzo las cejas en señal para que continúe–Aun sigues vestido–Señale con la barbilla ese ancho pantalón impregnado de mis fluidos que se encontraba frente a mi, portándome incrédulo con el. Tom se tanteo el piercing con la punta de la lengua.
–Ese no es mi problema…Yo te desvestí–Fue su única respuesta. ¡Oh! Con que sí eh, muy chucho al insinuarme cosas…Cosas que yo ya planeaba hacer. Entorne los ojos y con el corazón a mil por hora tome el filo de su pantalón, tentándome y obedeciendo mis impulsos en comenzar a bajárselos lentamente, instándole a que alzara las piernas para despojarlo de este…Lo mismo hice con su bóxer. Su pene completamente erecto lo tenia pegado casi en mi rostro, obligándome a remojarme los labios al comenzar a sentir sed…Sed de el.

CONTINUARA...

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