///Día 1///
Primera parte.
Estaba en un Restaurante-Bar, con Frederick. Claro, apartados de la muchedumbre en una zona VIP. Yo sostenía en mano mi bebida, mientras que mi amigo, no dejaba de parlotear. Era un viernes por la noche, y regresábamos de la comida con Fill.
-Enserio, te lo digo, si Samanta ya te dejo, olvídala. Consíguete otra. ¡Eso, es lo que necesitas!- No, estoy seguro, si era su aliento a alcohólico que me pegaba en la cara, o su tono de voz que retumbaba en mis tímpanos como un bong chino, lo que mas me molestaba, pero, es mi amigo, si es que a eso se le puede decir amigo.
-Sabes que…ya me voy. – Estaba arto. Le di el ultimo sorbo a mí vaso, dejándolo sobre la mesa. –Te veo mañana en la oficina- Sentencie.
-Hablas enserio?- Me pregunto algo incrédulo.
-Si.. .-Saque las lleves de mi bolsillo, junto con la billetera. –Pero, me llevo tu carro…-
-Mi carro?... y como regreso yo!- En definitiva estaba ebrio. Ni recordaba cuanto amaba su carro.
-Jajaja…- me reí un poco, sin hacer escándalo. -Toma..- Le arroje 100 dólares a la mesa frente a sus narices. El se le quedo viendo al billete como si le hubiera hablado en otro idioma, o mas bien como si el billete no le hubiera dicho nada. –Llama un taxi. –
-Nooo, no, no, como que mi carro...- Replico. Yo estaba limpio, en cambio el no, y de aquí a que el quisiera irse, me darían las 6 de la mañana. Me pare de el asiento.
-Me tengo que ir... nos vemos el sábado en la inauguración de la Nueva Empresa.- Dije alardeando un poco.
Me dirigí a la puerta. Fred solo me veía alejarme, con una cara de pocos piojos. De seguro y si le hable en otro idioma.
En el estacionamiento busque su carro. Era nuevo, lo compro ayer. Por eso lo ama tanto. Quien mejor para estrenarlo.
En cuanto me senté en la cabina, me acorde de algo no muy de mi agrado. Era de palanca.
Yo solo se manejar automático, pero… puedo intentarlo.
-Coño!, no se manejar esta mierda! Y para acabarla me pierdo!- El carro se jaloneaba, si quería meter segunda se me apagaba, y si iba en primera los otros carros pasaban por un lado de mi, pitándome, para que fuera mas rápido.
Llevo vagando mas de una hora, y creo que estoy por los barrios bajos de Los Ángeles. Las casas estaban caídas, viejas, no pasabas mas de 10 metros sin pasar un bache y por la pinta de los graffitis por doquier, lo he deducido.
.
–Mierda! Donde estoy!?- Necesitaba ayuda. Me acerque a la acera, con intensiones de que alguien por ahí me diera indicaciones, un señor estaba afuera de su casa tirando la basura. Acerque el carro lo mas que pude a la acera, cerca del señor.
-Oiga, disculpe –Le llame, a lo que el volteó.- sabe donde esta la Beverly Hills ?- Como no se me ocurrió mejor y llamar yo el taxi?. El señor tenia ropa vieja, ya estaba grande unos 40 años quizás.
-Si, -volteo señalando la casa vieja y caída a sus espaldas.- esta es la casa de Silvester Stallone..- Y se echo a reír.
Eso… fue… sarcasmo?. Quien diga que esta es la gran cuidad, es un mentiroso. El señor solo se reía!. Le mire descompuesto y ni así seso su burla. Fastidiado de estar perdido, cansado de intentar manejar esta mierda y confundido de aquel señor, se a burlado de un perdido, que no sabe a donde esta.
Puse de nuevo la marcha y seguí por la calle. Pasando de el.
No puedo preguntar donde estoy, y no se donde estoy. Que dilema.
Vagando sin rumbo, mire en un letrero que decía con una gran flecha “Beverly Hills”.
-Ahhh!- Di el volantazo. –Si ¡!!!- Solo es cuestión de seguir las flechas.
-¿Como se llama la calle del hotel??! Mierda!- bueno si presto atención a las calles, puede que reconozca algo. Seguía adentrándome a no se donde, solo sabiendo que estaba cerca de Beverly Hills.
Y de nuevo se me apago el carro, el motivo, intentare meter primera, por suerte se apago a escasos metros de la acera. Por lo menos no molestaría a conductores que van con prisa.
Piensa Tom, esto no es tan difícil. Subes la palanca, la regresas, la subes. Por que truena la caja de velocidades cada que trato de avanzar?.
-Como era?- Me dije a mi mismo.
-Guapo, buscas compañía..- Mire a quien me hablo por la ventana que la traía abajo, del lado del copiloto.
Era un chico. Trate de no prestarle atención. Quizás y me diga que es Michael Jackson.
-No, busco Beverly Hills, puedes orientarme?- Deje de mirarle y me concentre en la palanca de cambios. Adelante, atrás, abajo….y volvió a tronar la caja. Mierda!
-Claro…. por cinco pagos.- Que dijo!!?? No me la creía.
-Eso es ridículo.- Me percate de que el tío, era de piel blanca como la nieve. Pelinegro, cabello corto, con algo de flequillo.
-Los precios han subido.- Con los ojos perfectamente maquillados de negro. Ojos Miel. Se le asomaba por la ventanilla una especie de peluche morado que llevaba por los hombros, dejándole ver todo el torso. Era un callejero.
-Que dices… no puedes cobrarme por una indicación..- Que mamón. Por todos lados querrá sacar dinero.
-Ese no es mi problema, yo no soy el que se ha perdido.- Le mire, descompuesto, vaya que hablaba enserio, y por una moneda, no me va ni me viene. Recordé que traía 20 dólares en el bolso interno del esmoquin. Lo saque.
-Esta bien, de acuerdo, tu ganas y yo pierdo, tienes cambio de 20?- Se lo extendí y antes de que me diera cuenta me lo arrebato y se sentó en el asiento del copiloto.
-Por 20 te acompaño hasta llegar y te enseño donde viven las estrellas…- Me quede sin 20 dólares, y con un guía callejero de la ciudad. Subido en el carro de un amigo.
-No será necesario, ya he visto la casa de Stallone.- Claro, que no entendió mi comentario, pero no olvidare a ese señor, que gracioso, la casa de Stallone.
-Mejor… Tira hacia abajo, y tuerce ala derecha.- Me ordeno. Baya que tendría huevos para ordenar. Pero, la caja de cambios no rechino. Y el carro avanzo a la perfección. Por lo menos el sabia. –Luces, convendría que encendieras las luces. –
Las llevo apagadas?
Y hasta ahora me doy cuenta.
-Es tan guay este carro.!- Iba varias calles abajo, pero, a el pareciera no importarle, el que iba con un extraño, le importaba mas el auto.
-Eh, no, no es mió.-
-Robado?!-
-No exactamente…- El semáforo estaba en rojo, y no me gustan los silencios incómodos.
-Y…cual es tu nombre?- Le pregunte. El me miraba con… no, en realidad no se como me miraba…
-Como tu quieras- Sentencio. Le eche una mirada de “no me vengas con eso”. Que entendió a la perfección.
-Bill, me llamo Bill..- Sonreí. Semáforo en verde…
-Bill…- asentí con la cabeza, mientras aceleraba el carro.
-En que hotel estas?-
-En el Hollín Paris. –
-Para llegar gira a la derecha..- Y en cuanto trate de acelerar un poco mas, se apago.
-Este bicho, coge las curvas como si fueran por barriles.-
-Como as dicho?-
-Caray!, no te fastidies que solo lleva cuatro cilindros!- Encendí de nuevo, este carro no me quiere.
-Entiendes de coches. Donde aprendiste?- Es curioso que alguien como el, sepa algo del tema.
-En las revistas de Conductor. Los chicos con los que crecí en mi pueblo, eran unos verdaderos Heavy metal. Mustang, BMW, Corvets, los compraban de segunda y los arreglaban. Como es que tu sabes tan poco de coches?-
-Mi primer carro fue una limosina. Y cual es…- al fin metí segunda. Seré tan obvio que no se manejar?. . – ese pueblo tan Heavy Metal?-
-Milley ville, Georgia….. Oye, creo que te estáis cargando la transmisión. No cambias bien de marcha, este es en forma de H. – Si, era obvio.
-En forma de H… como si supiera lo que significa.- Escuche su risa, necesitaba prestarle atención a la calle. –As conducido algún Bugatti?.-
-N..no….-
-Pues ahora vas a hacerlo..-
-Bromeas?- le note incrédulo.
-No, es para que no me aplastes la gabardina.- Estaba sentado sobre ella. Me aparque, me baje del coche, el me imito. Intercambiamos lugares.
-Abróchense los cinturones! – Grito. Si que le gusto la idea. -Será la experiencia de tu vida, te demostrare lo que puede hacer este coche. Preparado?-
-Preparado.-
-Agarrate..- Piso el pedal. El carro le quedaba como anillo al dedo. Avanzaba a eso de 80 Km . Tome la gabardina del respaldo, y la arroje a la parte de atrás del auto. Mientras llegamos, puedo hacer platica…
-Y dime… como cuanto ganáis, hoy en día vosotros?.- Era solo por curiosidad.
-No acepto menos de 100 dólares.- Manejaba con dos manos al volante, estaba concentrado. Y ya que le podía ver bien, llevaba unos shorts de mezclilla, con unas botas de piel negra, hasta las rodillas. Tiene una nariz muy fina, con facciones de tía. Que si no fuera por la voz, diría que es una.
-100 dólares por noche...- Reitere.
-Por hora..- Sentencio.
-Por hora?! …-No me la creía…- Ganas 100 dólares por hora, y llevas la bota sujeta por un imperdible? . Estaréis bromeando.-
-Con el dinero no bromeo..-
-Yo tampoco…. 100 dólares la hora, que dura…- Bromeé. A lo que me llevo a pensar en que lió me e metido. Con la vista puesta en la carretera. Llevo su mano derecha directamente a mi entrepierna, sobandota, de lo mas delicadamente posible. Solo con la poca luz que entraba de las farolas, al interior del auto, apreciaba su mano, movimientos lentos, con las uñas de negro.
Será un lió gordo?
-Todavía no…pero promete mucho…- Le volví a mirar. Yo no soy de esa clase de tíos.
Y de inmediato la retiro. Regrese mi vista a el camino.
“Beverly Hills” . Vaya, si sabia a donde íbamos. En cuanto llegamos al hotel. Freno el carro con ese sonido de auto de carreras.
De inmediato, despego las llaves , me las entrego y se bajo.
Nos quedamos en la acera, eran eso de las 2:30 am. Me perdí bastante tiempo.
-ahhm…habéis llegado..- Estaba jugando con la manos detrás de el. Me estaba coqueteando.
-Si- Sentencie. -Podrías volver?- No es que me preocupe, pero aun es un chico. No tendrá mas de 20 años.
-Si, ahora, tomare un taxi con los 20 pagos.- No dejaba de sonríeme, por que no deja de hacerlo?...
-Vuelves a tu oficina.- no es que le haga de menos, pero es simpático, y es uno de los poco que se ríe a mis malos chistes.
-jajaja, si… a mi oficina..jajaja- Tenia… una linda sonrisa, casi como una chica.
-Gracias por el paseo- Perdió su vista en el unísono. Y ya que lo pensaba. Que extraño te deja montar su coche?.
-Hasta otra.-
-Adiós- Me dio la espalda, caminando, alejándose de mi. A unos 2 metros , estaba la parada del autobús. En la cual se recargo. Tramposo, esperaría el autobús..
Me acerque, hasta el. Saco de su morral una boina negra, y se la puso.
-No hay taxis?-
-Prefiero el autobús.- Su sonrisa…
-Estaba pensando, era enserio lo de los 100 dólares?- Tan vez yo…Podría?...
-Si…- Se me han cruzado los cables.
-Ya veo… Bien… si no tienes otro compromiso, me encantaría que me acompañaras al hotel.-
-Echo.- Esa sonrisa… Camino hasta mi, con paso vacilante. No pude evitar regresarle la sonrisa.
Andamos asta la entrada del hotel.
-Y como te llamas…- Cierto, no le había dicho mi nombre.
-Tom..-
-Tom! Ese es un nombre que me vuelve loco!- Me golpeo un poco el hombro, estaba jugando, lo sabia por la forma tan insinuante en que lo dijo.
Solo asentí. No le conocía, pero era uno de los pocos que me saca una sonrisa sin esfuerzo.
Frente al hotel antes de que todos los huéspedes le miraran. Me quite el saco.
-Quítate el peluche.- Le ordene.
-Por que?¿- Volteo rápido por la calle, quizás y pensó que alguien le miraba.
-Pues…-lo dude- este hotel no es de los que puedes alquilar la habitación por horas...-
-Ohhh…-Y como era lógico, se lo saco, me lo dio, y se puso mi saco. Me reí hacia mis adentros, era chistoso. Ese cuerpo tan delgado en una cosa tan grande
-De que ríes?- Ups, si me reí.
-Te queda grande...- No suelo reírme de algo tan tonto, es mas ni suelo reírme, pero en esencia lucia “dulce” con mi enorme saco puesto.
Pasamos por el vestíbulo, y como era de esperarse. Los huéspedes nos miraban asombrados. Una pareja ya grande incluso cuchicheaba de que mas? De nosotros.
No preste atención, su semblante era atontado, de entre todos esos detalles lujosos. Probablemente nunca había entrado a un lugar así. Con los suelos dorados, los candelabros, la decoración, otro mundo para el?.
-Joder..- En efecto, como lo pensé.
-No te preocupes… no te alejes de mi, todo ira bien.- Caminaba de lo mas tranquilo, el a escasos centímetros de mi. No dejaba de ver por todos lados, una palabra lo describe, asombrado.
Llegue con la recepcionista, el choco contra mi, a mis espaldas, por mi parada en seco, dando un pequeño bote.
Perdido en otro mundo.
-Hola, tiene algún mensaje nuevo para mi?- Le cuestione a la señorita encargada.
-Si.- me entrego un sobre, el cual tome.
-Gracias.- El sobre era de Fill. Seguramente sus acciones. Le eche un ojo a Bill, seguía detrás de mi. Pareciera crió ocultándose detrás de su tutor siendo sorprendido de alguna travesura.
Se me cruzo una idea por la cabeza.
-Quiere enviarme champán y unas fresas?- Le pedí a la señorita.
-Desde luego.- Me respondió.
Sabiendo que Bill me seguiría, me despegue del mostrador, andando al ascensor.
Plantado frente la puerta de este, presione el botón.
Bill observaba atento los números arriaba de las puertas, esos que señalan , en que piso va.
Se veía… tan….
Las puertas se abrieron.
El chico botones, nos echo un ojo, supongo que ver esta escena en este hotel, una vez cada siglo.
Ni por estar subiendo y bajando todo el día, olvidaría, tal acontecimiento.
Le di un pequeño empujoncito por la espalda a Bill, para que entrara al ascensor.
El Botones claro, ya sabia mi piso.
Tiiinn….
-Suite de lujo- dijo el botones.-
-Hostias, Suite de lujo?!- Bill, se sorprendió? Paso, del botones, saliendo de las cuatro paredes.
-A la derecha…- le señale. Miraba todo el lugar, de arriba abajo, de izquierda a derecha. Sin perderse detalle. Camine alcanzando su paso.
Situándome a su lado. Percibí una mala vibra verme desde mis espaldas. El botones?. Que va…
Saque la tarjeta de mi bolsa delantera.
La introduje en la cerradura. En cuanto marco el foquito verde. La abrí. Dándole un tirón para dentro, y saque la tarjeta.
En cuanto entre la arroje a la mesita que estaba en la entrada.
Bill, no podía dejar de mirar por todos lados, con la boca abierta.
-Impresionado?-
-Te burlas de mi?...yo vengo mucho por aquí, en realidad si que lo alquilan por horas.- Por lo que cobran.
-Seguro que si- Aun tenia que checar un asunto. Me senté en el escritorio, donde guardaba todos mis papeles. Deje que Bill se adaptara al lugar, dejándole husmear por ahí. Opto por salir al balcón.
-Menuda vista! Seguro que desde aquí se puede ver el océano!- Grito desde afuera del balcón. Entrando a la habitación por la otra puerta de este.
-Si tu lo dices, te creo…yo no salgo ahí fuera…- Buscaba el fax, que deje aquí esta mañana.
-Por que no sales fuera?- Encontré el fax, lo deje en el escritorio, para poder verle.
-Me dan miedo las alturas- Bill, dejo su morral en el sillón, cerca del escritorio.
-Enserio? Jaja, y por que has alquilado la Suite del ático? .- Buen punto.
-Por que es la mejor. Pedí una Suite en el primer piso, pero no tenían.- Se saco mi saco, y lo tendió, para que no se arrugara en el sillón.
-Bien..- Se paseaba por el estudio, viendo una enorme pintura que adornaba la pared.
-Ahora que me tienes aquí.. que vas a hacer con migo?-
-Te digo una cosa?. No tengo ni idea.- Fui sincero. Seguía paseándose, mientras yo aun leía el fax, que en la mañana deje pendiente.
-No?- Distrajo su atención para mirarme.
-Yo no había planeado esto.- Y no mentía.
-Es que lo planeas todo?- Le volví a mirar, estaba frente al escritorio. Sin nada que le cubriera el pecho. Con… es eso un pircing? Desde cuando tenia puestas esas pulseras?.
-Siempre- Sentencie. El se sentó en la orillita del respaldo de uno de los sillones. Viéndome atento.
-Ah… yo también.. bueno.. en realidad, no soy muy previsor.. soy mas bien, una especie de improvisador, según el instinto de cada momento. -Me tenía apendejado.
-Oye por que no me pagas? Es una forma de romper el hielo.- Reaccione.
-Ohh, si perdona.- En el escritorio, en un cajón tenia lo de unas inversiones que me habían dado ayer. – Supongo que también aceptas, pago en metálico.- Lo saque, 100 dólares.
-Si, también lo acepto..- Se paro, caminando hasta a mí. Rodeando el escritorio, tomo el dinero. Se sentó en el mueble. Cruzando una pierna, se sentó en el fax. Metió el dinero, en la orilla de su bota.
-Estas jodiendo el fax.-
-Eso es algo que aun no había probado.- Solo levanto un lado de su cuerpo, aun aplastando con el trasero los papeles que tenia ahí. Dejando espacio para que solo, tomara el fax. Y sin mas remedio,lo tome.
-Agudo, muy agudo…- No pude evitar sonreír ante semejante insinuación.
-Bueno….vamos aya…- corrió el cierre de la bota, de la pierna que tenia cruzada, sacando algo..- Tengo rojo, azul, amarillo, no me queda morado… –Eran condones.- Y tengo este..- en la otra mano sostenía uno color plateado. Lo agitaba al aire, frente a mi.- King the king. El rey de los condones!, es súper seguro..Que te parece mmm…- Wow...
-Un abanico de seguridades.-
-Soy un chico seguro.- Me reí.
No estaba para estas babosadas. Me puse de pie, frente a el. Como le dices a un callejero que no buscas sus servicios?.
Tome aire… buscaba las palabras.
-Esta bien.. vamos a..-
De la nada, tomo la orilla de mi cinturón. Su contacto fue inexplicable.
-No espera.- Le tome de las manos para que parara. Me es increíble que este en esta situación, sonreí, no puedo creer lo que voy a decir.- Que te parece si, charlamos un rato.-
-Eh.. si.. de acuerdo…- Eso me sonó a que no estaba muy seguro. Salto del escritorio, y volvió a vagar por la habitación. –Dime, Tom, has venido a Los Ángeles, por negocios, o por placer?- Por algo se empieza.
-Por negocios… creo…-
---Continuara---
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